El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado este jueves que cancela los actos de la convención republicana que se habían organizado en Jakcsonville, Florida, incluyendo su discurso aceptando la nominación que debía celebrarse el 27 de agosto. Horas antes EEUU rebasaba los cuatro millones de casos de coronavirus y, con más de 1.000 muertos por tercer día consecutivo, superaba ya los 144.000 fallecidos. Florida es ahora uno de los grandes focos de la pandemia en el país.

El momento y los sondeos

"El momento no es adecuado para tener una gran convención", ha dicho Trump al anunciar la decisión. Lo ha hecho en una rueda de prensa sobre el coronavirus, la tercera que da en tres días en lo que ha sido un giro radical para empezar a aceptar la gravedad de la pandemia y, también, en un evidente esfuerzo por tratar de enderezar una respuesta a la crisis que hasta ahora ha sido ampliamente criticada y le ha hundido en las encuestas sobre las presidenciales de noviembre.

Precisamente este jueves se publicaba también un sondeo de Quinnipiac en Florida, un trascendental estado bisagra que el republicano ganó en 2016, donde Joe Biden le lleva una ventaja de 13 puntos, significativamente por encima del margen de error de 3.2 puntos. En la encuesta un 59% de votantes suspenden la gestión de la crisis de Trump y un 57% la del gobernador republicano, Ron DeSantis, un firme aliado del presidente.

"Juegos políticos"

La estrategia de Trump ha dado claramente un giro radical. En junio, ante el rechazo del gobernador demócrata de Carolina del Norte a los planes de Trump de celebrar en medio de la pandemia la masiva convención en Charlotte con 50.000 personas, sin distancia social ni mascarillas y con exigencia de que restaurantes y bares operaran a total capacidad, el presidente anunció que se llevaba parte de los actos, incluyendo su discurso del 27 de agosto, a Jacksonville. Trump anunció el cambio entonces no sin haber acusado al gobernador de "juegos políticos", asegurar que provocaba pérdidas de "millones de dólares y trabajos" al estado y aprovechar para apoyar a su rival en las elecciones de noviembre.

Este jueves, en cambio, Trump ha declarado: "tengo que proteger a los estadounidenses, es lo que siempre he hecho". Y ha tratado de justificar que cuando eligió el escenario Florida "no era un punto caliente, estaba libre de coronavirus", una afirmación más que cuestionable.

Siete de cada diez ciudadanos del estado, así como muchos expertos, creen que la fuerza con que la pandemia está golpeando Florida, que este jueves registraba más de 10.000 contagios y 173 fallecidos, no se puede desvincular de la premura de DeSantis por reabrir la economía o por una resistencia del gobernador a imponer el uso de la mascarilla que fue en paralelo a la de Trump, que no se la puso en público hasta hace dos semanas y no ha empezado a promocionar su uso contundentemente hasta este lunes.

El impacto de esas reaperturas prematuras también ha pesado en otros estados del sur y el oeste que ahora son epicentro de una crisis indudablemente acelerada. El último millón de contagios en EEUU se ha producido en solo 14 días, mientras que el millón anterior se alcanzó en 27 días y el anterior a ese en 44.

Campaña anómala

La suspensión de los actos en Jacksonville ha sido bienvenida por el alcalde republicano y el jefe de la policía local, que esta misma semana alertaban sobre su celebración. Lo será también por los ciudadanos que intentaron frenarla en los tribunales.

Para Trump quedarse sin un espectáculo como el de la convención representa otro revés, después de verse forzado también a suspender los mítines masivos que son parte de su savia.

Este jueves ha prometido que ofrecerá el discurso de aceptación de nominación "en una forma diferente" y ha anunciado también mítines y otros actos políticos en internet durante esa semana. Y los actos de la convención en Charlotte se mantendrán con una asistencia reducida.

También los demócratas se han visto forzados a hacer prácticamente virtual su convención en Milwaukee.

En algo no le ha faltado razón a Trump, que este jueves ha dicho que "es un mundo diferente". Otra cuestión es si tendrá razón en la otra parte de su frase, cuando ha calculado que lo será "un poco de tiempo".