Las relaciones de Estados Unidos y China entraron en una fase de nuevas tensiones con el fin del plazo para que Pekín clausure este viernes su consulado en Houston (Texas) en respuesta a las acusaciones de espionaje industrial de Washington, que no escatima en trazar paralelismos con una nueva "Guerra Fría", y las represalias del gigante asiático, que ha ordenado el cierre de la misión consular estadounidense en Chengdu.

Empleados del consulado chino en Houston comenzaron esta mañana a cargar grandes valijas diplomáticas de la oficina consular en varias furgonetas y un camión apostados frente al predio diplomático.

A primera hora de la mañana, la bandera de la República Popular China aún ondeaba frente a la entrada del complejo diplomático, pero después del mediodía el estandarte había desaparecido y todo hacía indicar que el cierre era un hecho, según pudo confirmar Efe desde las inmediaciones.

El cónsul general de China en Houston, Cai Wei, aseguró en una entrevista este jueves con Político que el consulado permanecería abierto hasta nuevo aviso, ya que Pekín cree que la demanda de Washington contraviene la convención de Viena sobre servicios consulares.

No obstante, el nuevo capítulo de tensiones entre China y Estados Unidos está en plena marcha con el anuncio hoy de que Pekín ha ordenado el cierre del consulado estadounidense en Chengdu (Sichuan) como medida de reciprocidad.

El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Ullyot, pidió este viernes a Pekín que no tome "represalias y en su lugar cese las acciones malignas" que han llevado al cierre del consulado chino, abierto tras la histórica visita del líder chino Deng Xiaoping en 1979 a Texas y Washington DC bajo la presidencia de Jimmy Carter, pocas semanas después del establecimiento de relaciones diplomáticas.Un problema

Un problemaEstados Unidos argumenta que la orden de cierre del consulado en la capital petrolera de EE.UU., que también alberga el mayor complejo médico del mundo, está motivada porque desde allí se orquestaban actividades de espionaje industrial y se había llevado a cabo fraude con visados, aunque Washington no ha detallado qué tipo de acciones son las que han precipitado la decisión.

La portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEany, añadió hoy que China "ha llevado a cabo muchos intentos de robar tecnología y propiedad intelectual estadounidense y muchas de esas actividades se han dirigido desde instalaciones diplomáticas" chinas.

Un funcionario de inteligencia de Estados Unidos indicó que el número de casos por robo de propiedad intelectual y secretos contra el país norteamericano tiene su origen mayoritariamente en China y era "un problema al que teníamos que responder", al tiempo que vagamente vinculo el consulado con el intento de obtener datos secretos sobre el desarrollo de vacunas contra la COVID-19

"Houston es una demostración firme de que vamos en serio", indicó el funcionario estadounidense en una llamada con periodistas.

La gota que colmó el vaso para la administración del presidente Donald Trump fue la imputación, hecha pública esta semana, de dos hackers chinos que supuestamente intentaron infiltrarse en los sistemas informáticos de dos empresas que trabajan en el desarrollo de una vacuna contra la COVID-19.

Según los detalles presentados por el Departamento de Justicia, esas empresas estaban establecidas en Massachusetts y Maryland, por lo que podría tratarse de las biotecnológicas Novavax y Moderna, ambas participantes en la Operación Warp Speed para inmunizar a los estadounidenses contra la pandemia en tiempo récord.

Tono de guerra fría

En un crítico y oscuro discurso este jueves, el secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo que el "viejo paradigma de relaciones con China ha fallado" y que no se debe volver a él; acusó a los líderes comunistas chinos de mentir y, trazando un paralelismo con la "Guerra Fría" con la Unión Soviética, enmarcó las relaciones como una dicotomía entre el "mundo libre" y la "tiranía".

En entrevista con Efe, Sourabh Gupta, experta del centro de pensamiento pro-chino ICAS, con sede en Washington, aseguró que puede que las actividades de espionaje industrial hayan alcanzado un "punto de inflexión" que han obligado a la Administración Trump a actuar, pero consideró que ordenar el cierre del consulado "es una medida exagerada".

"¿Por qué no tomar una medida de escalada menor, como la expulsión de diplomáticos? Esto confirma el hábito de la Administración Trump de tomar un grano de verdad y exagerarla. Existe un deseo de apresurarse a enmarcar la relación en términos de rivalidad entre grandes poderes", señaló.

Según Dean Cheng, del conservador centro de estudios Heritage Foundation, "es bastante posible que la interrupción que provoque el cierre del consulado de Houston puede valer la pena, en la medida en que toda actividad de espionaje que se estuviera llevando a cabo desde el consulado quedaría suspendida de manera repentina".