El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó este domingo la retirada de Washington de 3.900 militares reservistas de la Guardia Nacional desplegados para contener las protestas, ya convertidas en un movimiento pacífico que exige cambios inmediatos en las tácticas policiales.

"Acabo de dar la orden a la Guardia Nacional para que empiece el proceso de retirada de Washington, D.C., ahora que todo está bajo perfecto control. Se irán a casa, pero pueden volver rápidamente si los necesitamos", anunció el mandatario en Twitter.

Unos 3.900 reservistas de la Guardia Nacional procedentes de 11 de los 50 estados de Estados Unidos fueron enviados a la capital el pasado fin de semana, cuando las protestas pacíficas derivaron en disturbios, saqueos y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.

La Guardia Nacional nació en 1.636 como una milicia y, actualmente, es una fuerza constituida por voluntarios que está bajo el control de los gobernadores, que suelen activar ese cuerpo para restablecer el orden en situaciones graves como disturbios y cuando se producen desastres naturales.

La presencia de esas tropas en las calles de la capital ha provocado tensión entre Trump y la alcaldesa, la afroamericana demócrata Muriel Bowser, quien este mismo domingo describió el operativo como una "invasión" durante una entrevista en la cadena conservadora Fox.

Trump propuso el despliegue de 10.000 militares

Trump ha sido duramente criticado por su agresividad con los manifestantes. El lunes, las fuerzas de seguridad dispersaron por la fuerza con gases lacrimógenos una protesta pacífica frente a la Casa Blanca solo para que el mandatario pudiera caminar hasta una iglesia y hacerse una foto con una biblia.

Este fin de semana, salió a la luz que Trump llegó a proponer el despliegue de 10.000 militares en las calles de Washington y otras ciudades para contener las protestas, de acuerdo a medios locales como la cadena CBS que citan un funcionario del Gobierno.

Según esas fuentes, Trump hizo la propuesta el lunes durante un acalorado debate en el Despacho Oval de la Casa Blanca.

En concreto, el mandatario insistió en la necesidad de desplegar inmediatamente a las tropas; pero el secretario de Defensa, Mark Esper, el jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., el general Mark Milley, y el fiscal general, William Barr, objetaron y se opusieron a esa idea, según CBS.

En una entrevista con esa cadena ese domingo, Barr negó que el mandatario hiciera esa propuesta y, además, opinó que el "sistema de las fuerzas de seguridad no es sistemáticamente racista".

Un movimiento para pedir cambios en la policía

Los comentarios de Barr desataron las críticas de los activistas, que han denunciado el racismo del sistema judicial y policial. De hecho, los afroamericanos tienen tres veces más probabilidades de morir a manos de la policía que los blancos y, al mismo tiempo, viven en un 20,8% bajo el umbral de la pobreza frente al 8,1% de los blancos, según datos de varias ONG.

En los últimos días, ha ganado fuerza el lema "Defund the Police" (Quiten fondos a la Policía), una expresión utilizada para pedir que se destine menos dinero a las fuerzas del orden o, incluso, que éstas se eliminen por completo y que su trabajo lo asuman otro tipo de agencias.

En respuesta, la ciudad de Nueva York anunció este domingo una batería de reformas en materia policial, que incluyen quitar fondos al cuerpo para financiar servicios para la juventud y retirar a los agentes la responsabilidad de controlar el comercio callejero.

Mientras, las manifestaciones siguieron este domingo en Estados Unidos, aunque hubo menos asistentes que el día anterior, cuando decenas de miles de personas se echaron a las calles.

En San Francisco, el sábado, miles de manifestantes colapsaron el icónico puente rojo del Golden Gate; mientras que unas 30.000 personas marcharon en Chicago y otras decenas de miles protestaron en Nueva York, Washington y Filadelfia en las marchas más multitudinarias desde la muerte del afroamericano George Floyd.

Floyd, convertido en un símbolo contra el racismo, falleció el 25 de mayo después de agonizar durante nueve minutos postrado en el suelo y mientras un agente blanco presionaba su rodilla contra su cuello, una escena grabada en vídeo y que ha desatado indignación en todo el mundo.

Ciudades como Madrid, París y Londres se han solidarizado con la causa de los afroamericanos en EE.UU. y también han salido a las calles este fin de semana.

La indignación llega a antiguos bastiones del KKK

De vuelta en Estados Unidos, las protestas llegaron incluso a la localidad de Vidor (Texas), un antiguo bastión del Ku Klux Klan conocido por haber sido durante años una "sundown town", es decir, una lugar donde los afroamericanos tenían prohibido circular por la calle pasada la medianoche.

Según la revista Texas Monthly, unas 150 personas se manifestaron este sábado en la ciudad, un número importante a pesar de que el municipio tiene 11.000 habitantes de los que el 91,% son blancos, según el censo.

En total, las protestas se han extendido a más de 650 ciudades en los 50 estados del país.