El gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció este viernes que la Gran Manzana, que fue epicentro mundial de la pandemia del COVID-19, está cerca de cumplir con los requisitos necesarios para comenzar su reapertura el próximo 8 de junio, un anuncio que llega en la jornada con menor número de fallecidos (67).

Durante la primera fase de vuelta a la normalidad podrá retomar la actividad el sector de la construcción, el manufacturero y los comercios minoristas no esenciales que cuenten con servicio de recogida en tienda, así como la agricultura, la pesca y la silvicultura.

Hasta ahora, la ciudad de Nueva York era la única parte de todo el estado que todavía no había cumplido con los siete marcadores sanitarios necesarios para entrar en la fase uno.

De momento, los requisitos que la ciudad se resiste a cumplir pero que se encuentran cerca de atajar son los referidos al número disponible de trabajadores que rastrean el virus y a la capacidad hospitalaria.

En este sentido, los marcadores requieren que el uso de camas esté por debajo del 70 % y que haya una reserva suficiente de equipos de protección individual que garantice la seguridad de los trabajadores sanitarios.

Durante su conferencia de prensa diaria, Cuomo aseguró que la entrada en esta primera fase provocará la vuelta a la actividad de unos 400.000 trabajadores en la urbe y pidió precaución, mascarillas, tests y distanciamiento para no cometer errores.

También retomará la actividad la Autoridad Metropolitana del Transporte (MTA), que gestiona el metro de la ciudad y se encargará de asegurar la salud pública en el sistema de bus y trenes.

Cuomo agregó que las autoridades sanitarias trabajarán con especial énfasis en los "lugares calientes" en los que incida el virus, con especial hincapié en datos segmentados por códigos postales.

"Estamos encantados de comenzar esta fase porque los marcadores están a punto de cumplirse", añadió el alcalde neoyorquino, Bill de Blasio, que se unió por videoconferencia a la rueda de prensa de Cuomo para expresar su entusiasmo por la noticia.

Cinco regiones pasan a fase dos

A la par que la ciudad comienza a prepararse para reabrir, cinco de las diez regiones del estado de Nueva York podrán avanzar hacia la fase dos del plan de reapertura, lo que significará la reapertura de la actividad en oficinas, en el sector inmobiliario (gestión de propiedades y muestra de casas, por ejemplo), así como tiendas y negocios como peluquerías y barberías, que podrán operar con ciertas restricciones.

Las cinco regiones (Central New York, North Country, Finger Lakes, Southern Tier and the Mohawk Valley), corresponden con la mayor parte del territorio del estado excepto la ciudad de Nueva York, Long Island y los principales núcleos urbanos como Albany, la capital, o Buffalo.

En esta fase dos, las empresas podrán volver a sus oficinas siempre que no haya más de un 50 % de ocupación en edificios, realicen controles de temperatura, y provean de mascarillas y otro tipo de medidas sanitarias si no es posible garantizar los dos metros de seguridad.

Durante esta etapa sigue prohibido hacer reuniones en áreas pequeñas y las reuniones físicas entre empleados tendrán que ser limitadas y cumplir las normas de distanciamiento social.

Estadísticas a la baja

Con respecto a las estadísticas de la pandemia, el estado de Nueva York continúa sellando datos positivos al final de cada día y ha registrado el menor número de muertes hasta la fecha, con 67 fallecimientos producidos ayer jueves frente a los 74 contabilizados el miércoles.

También se ha contabilizado la segunda cifra más baja de contagios, con 152 casos positivos durante el jueves, por debajo de los 176 que se registraron el miércoles.

"Hemos mirado las métricas siempre para reabrir y son transparentes", defendió Cuomo, que insistió en que han aumentado la capacidad para hacer tests, lo que a su juicio les proporciona más información para tomar decisiones y ofrece tendencias "inmediatas" sobre el rastreo del virus día a día.

El gobernador añadió que quieren ser muy rigurosos para no reabrir demasiado rápido y cometer errores que puedan provocar rebrotes del virus, como ha ocurrido en Alemania, Corea del Sur o China.