"Si no conseguimos aplicar las medidas planeadas y reducir los contactos entre personas durante las próximas semanas, entonces podríamos tener 10 millones de infectados en dos o tres meses". Es la advertencia del presidente del Instituto Robert-Koch (RKI), Lothar H. Wieler, y el mensaje de los científicos que asesoran al Gobierno federal alemán desde que estalló la crisis del coronavirus en Europa.

Con cerca de 11.000 casos y 20 muertos -según las cifras provisionales del RKI-, Alemania está dentro del grupo de cinco países con un mayor número de infectados. Sin embargo, llama la atención que mientras Italia y España acumulan juntas casi 4.000 muertos, Alemania sigue conteniendo la cifra oficial de fallecidos.

"Estamos al inicio de la epidemia, todavía a una o dos semanas de la situación en la que se encuentra ahora Italia. La evolución será exponencial. Crecerá el número de casos y también de muertos", insistió el doctor Wieler en una rueda de prensa el pasado miércoles. Los científicos alemanes añaden que gracias a la rápida reacción del sistema sanitario y de la detección de casos, Alemania podría estar en una mejor situación que otros países europeos.

Motivos desconocidos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) constata la gran diferencia de muertos registrados en los países del Viejo Continente, pero también reconoce que, de momento, desconoce los motivos. A ello hay que sumar que la forma de contabilizar o leer las estadísticas podría estar jugando un papel clave en esas diferentes tasas de mortalidad.

A falta de una mayor certeza científica, tres de elementos parecen haber ayudado a contener la cifra de muertos en Alemania. En primer lugar, está la capacidad de detectar la infección: la Asociación Federal de Aseguradores Médicas de Alemania asegura que los laboratorios del país pueden realizar 12.000 tests al día. En España, mientras tanto, ni siquiera existe el dato oficial sobre la capacidad de diagnósticos diarios.

En segundo lugar, está la capacidad de absorción de casos graves por parte del sistema sanitario. Según el Ministerio federal de Sanidad, Alemania cuenta en la actualidad con 28.000 camas de cuidados intensivos, 25.000 de ellas dotadas con aparatos de respiración asistida. Por eso, el principal objetivo del Gobierno alemán ahora es ralentizar la curva de contagios: si lo consigue, las autoridades están convencidas de que el sistema de salud aguantará. De momento, parecen estar consiguiéndolo a pesar de haber prescindido del confinamiento de la población en todo el país.

Y por último, hay que tener en cuenta la socialización predominante en Alemania: la alemana es una sociedad más individualista, más fría, menos tendente al contacto físico y en la que la familia juega un papel menos relevante que en países del sur de Europa como España e Italia. Es menos habitual, por ejemplo, que los abuelos se hagan cargo habitualmente de los nietos. Todo ello podría haber contribuido a que un menor número de personas de los grupos de riesgo se hayan infectado, y por eso que el virus sea menos letal.