El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, ha anunciado este sábado la completa ruptura de relaciones con Estados Unidos e Israel en un gesto de rechazo al plan de paz para Oriente Próximo anunciado por la Casa Blanca.

"Hemos informado a Israel y Estados Unidos de que no habrá ninguna relación con ellos, incluido el ámbito de la seguridad", ha manifestado Abbas durante su comparecencia en el marco de la cumbre extraordinaria de la Liga Árabe celebrada en El Cairo, la capital de Egipto.

Abbas trasladó esta intención a través de dos cartas enviadas respectivamente al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y a la directora de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, Gina Haspel. "Les hemos dicho que cortamos todas las relaciones y acuerdos con ellos, incluidos los de seguridad, y que Israel debe asumir sus responsabilidades como potencia ocupante", ha indicado Abbas.

El plan, presentado el pasado martes por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro israelí, contempla la anexión israelí de grandes extensiones de Cisjordania ocupada, incluidos los asentamientos ilegales y el valle del Jordán, lo que le da a Israel una frontera oriental permanente a lo largo del río Jordán.

El plan de Trump también proponía hacer de Abu Dis, a las afueras de Jerusalén, la capital de un futuro estado palestino, una faceta rechazada en su momento por los palestinos en general, y este sábado por Abbas en particular. "No voy a ser el hombre que entregue Jerusalén", ha asegurado.

Silencio

Abbas ha confirmado que responsables de Estados Unidos intentaron ponerse en contacto varias veces con él para informarle del plan, sin éxito. "Nos sorprendió el anuncio de Trump sobre el plan de paz. Los estadounidenses me llamaron y me dijeron que Trump quería enviarme el plan para que pudiera leerlo. Me negué", ha manifestado.

"Recuerdo que Trump me dijo en su día: 'Eres un hombre de paz, podemos hacer las paces'", ha relatado Abbas. "Y entonces, sin aviso, cierra nuestras oficinas en Washington, reconoce a Jerusalén como la capital de Israel, paralizó la ayuda que recibimos de Naciones Unidas y desplaza la Embajada de Estados Unidos a Jerusalén", ha enumerado Abbas sobre las afrentas de Trump contra el Gobierno y la población palestina.

Incluso el relator especial de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en los territorios palestinos ocupados, Michael Lynk, describió este viernes el plan de paz como una "propuesta desequilibrada" completamente a favor de la parte israelí, con la intención de convertir la zona en una "reserva" fragmentada en bolsas de población palestina; una medida propia de la era de la segregación racial en Sudáfrica y en franca violación del Derecho Internacional.

De concretarse este plan, los palestinos quedarían reducidos a un "estado rémora", pronostica Lynk, "esparcido en archipiélagos completamente rodeados por Israel, sin fronteras, ni espacio aéreo, ni base geográfica para una economía viable, ni libertad de movimiento, ni derecho a queja ante un foro judicial internacional".

En los mismos términos se ha expresado el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheit. "El plan se dirige a una situación en el que hay un único estado que comprende dos clases de ciudadanos, que es el Apartheid, en el que los palestinos serán ciudadanos de segunda clase, privados de los derechos básicos de ciudadanía", ha avisado.

Para la Liga, la propuesta de Estados Unidos "no genera estabilidad ni construye la paz, sino que siembra las semillas para otros cien años de conflicto y sufrimiento", ha agregado el secretario general antes de recomendar que "las dos partes (israelí y palestina) negocien por sí mismas para llegar a una solución que sea aceptada por ambas".

Posteriormente, la Liga Árabe ha aprobado por unanimidad una condena a la propuesta de plan de paz estadounidense por considerarlo "injusto". La Liga "rechaza el 'acuerdo del siglo' estadounidense-israelí porque no satisface los derechos y aspiraciones mínimos del pueblo palestino".

"Israel será el único responsable de las consecuencias de tales políticas", advierte el bloque árabe, al tiempo que emplaza a las potencias internacionales a tomar medidas para evitar una resolución como la prevista en la propuesta de Washington.

Este acuerdo fue negociado exclusivamente entre ambos países, sin participación de los palestinos, que hasta hoy habían reducido al mínimo sus contactos diplomáticos con Estados Unidos después de que Trump ratificara en 2017 el estatus de Jerusalén como capital de Israel a ojos de su administración.

Rechazo total

"El acuerdo queda totalmente rechazado. No hay lugar en la mesa de negociaciones para ninguna parte de este acuerdo", ha remachado Abbas, quien ha declarado no obstante que la Autoridad Palestina sigue apostando por un proceso de paz siempre y cuando esté regulado por "un mecanismo internacional" y nunca a través de Washington, en comentarios recogidos por la cadena panárabe Al Yazira.

"No aceptaremos a Estados Unidos como único mediador en ninguna negociación con Israel", ha añadido Abbas, quien ha avisado también de que planteará su situación ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas una vez haya terminado de dilucidar una respuesta conjunta con sus socios de la Liga Árabe.