Unas semanas después de que Harvey Weinstein atacara a Annabella Sciorra en lo que la actriz asegura que fue una violenta violación, ella le confrontó. Le dijo que después de que le penetrara tuvo un desfallecimiento y despertó con el camisón subido después de que él le practicara forzosamente sexo oral. Entonces, según la actriz, él contestó: "Es lo que dicen todas las chicas buenas católicas" y añadió: "Esto queda entre tú y yo".

Esas palabras se impusieron durante más de 25 años. Ya no. Este jueves la actriz de 'Los Soprano', de 57 años, se ha convertido en la primera mujer de las más de 100 que públicamente han señalado a Weinstein que lo acusa en un tribunal y bajo juramento de una agresión sexual. Y aunque las leyes de prescripción de delitos dejan su violación fuera del caso planteado por la fiscalía neoyorquina sobre las denuncias de otras dos mujeres, la voz de Sciorra se considera fundamental, como la de otras tres supuestas víctimas que se escucharán en la sala 1.530 del Supremo neoyorquino, para tratar de condenar a Weinstein en los dos cargos más graves de los cinco que enfrenta: agresión sexual depredadora.

Emoción y firmeza

Esa voz a ratos se ha roto de emoción y llanto mientras Sciorra revivía aquella noche con Weinstein, un productor al que ya conocía y que una vez le envío palomitas y valium (a los que la actriz se enganchó) y otra chocolates en forma de penes. Después de una cena en la que coincidieron, y en la que el conductor del productor llevó a Sciorra a su edificio, Weinstein se plantó en el apartamento. Ella, en camisón, abrió la puerta.

Él entró y empezó a caminar, según Sciorra para mirar si había alguien más. Entonces le vio empezando a soltarse la camisa. "Lo que quería era obvio y yo no quería sexo", ha explicado. Intentó zafarse pero él la cogió y la tiró sobre la cama. "Conforme intentaba quitármelo de encima le daba puñetazos y patadas y tomó mis manos y me las puso sobre mi cabeza", ha explicado, gesticulando.

"Se puso sobre mí y me violó", ha dicho después, y a instancias de la fiscalía ha sido más gráfica. "Puso su pene en mi vagina y me violó. En cierto momento paró y eyaculó sobre mi pierna". Luego Weinstein dijo: "Controlo perfectamente los tiempos. Y entonces procedió a poner su boca en mi vagina y antes de hacerlo dijo: esto es para ti". Fue entonces cuando el cuerpo de Sciorra reaccionó "como en un ataque", y desfalleció.

Otros capítulos

El testimonio ha pasado por muchos más capítulos. El del "asco" que sintió. El de la decisión de no llamar a la policía o no contárselo a nadie. El de un periodo en que empezó a beber en exceso y a autolesionarse. Y también por otros encuentros con Weinstein, desde ese en el que le confrontó hasta otros profesionales cuando trabajó en una de sus películas y otros en que tuvo que huir de su acoso, en Londres o en Cannes.

Sciorra también ha tenido que usar su voz para defenderse de insinuaciones con las que Donna Rotunno, la mujer que dirige la defensa de Weinstein, ha buscado poner en duda su versión y su carácter. Y el "no" de Sciorra, por ejemplo, ha sido contundente cuando la abogada ha sugerido que bebió "mucho" la noche de la "supuesta agresión".