El Parlamento de Bosnia-Herzegovina aprobó este lunes en Sarajevo, 14 meses tras las elecciones generales de octubre de 2018, la composición del Consejo de Ministros, es decir, del Gobierno central de este dividido país.

El gabinete del primer ministro, el economista Zoran Tegeltija, de la serbobosnia nacionalista Unión de los Socialdemócratas Independientes (SNSD), recibió el apoyo mayoritario de 29 diputados del Parlamento central (de 42 escaños).

El Gobierno de Bosnia-Herzegovina, un Estado de complicada estructura institucional, dividido en dos entes autónomos -el serbio y el común de musulmanes y croatas- está compuesto por nueve ministros, tres por cada pueblo.

Tegeltija, de 58 años, extitular de Finanzas del ente serbobosnio, había sido designado primer ministro bosnio el pasado 5 de diciembre y disponía de un plazo de un mes para proponer la composición de su gabinete.

Entre sus prioridades están las reformas para acercar el país balcánico a la Unión Europea, el desarrollo económico y la creación de empleo, así como buscar soluciones para la crisis migratoria que también afecta a Bosnia.

El nombramiento del primer ministro y su Gobierno se retrasaba por el desacuerdo entre los líderes de las comunidades musulmanas, serbia y croata sobre la forma de cooperar con la OTAN.

Las tres comunidades bosnias coinciden en su apoyo al eventual ingreso del país en la UE, pero mientras los musulmanes y croatas quieren también adherirse a la OTAN, los serbobosnios defienden una política de neutralidad militar.

Los constantes desacuerdos internos en el pequeño Estado, de 4 millones de habitantes, y la fragilidad de las instituciones centrales ralentizan las reformas en Bosnia, el país que sufrió la más sangrienta de las guerras de descomposición de la antigua Yugoslavia en la década de 1990.