El primer ministro británico, Boris Johnson, confió en alcanzar un acuerdo de Brexit (salida del Reino Unido de la UE) antes del 31 de octubre, pero admitió ante su colega irlandés, Leo Varadkar, que no conseguirlo será un "fracaso político" de Londres y Dublín.

Johnson viajó a Dublín para su primera reunión con el 'Taoiseach' (primer ministro) desde que asumiera el Ejecutivo británico el pasado julio, en un intento por resolver el principal escollo de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE): la salvaguarda irlandesa.

Esa cláusula de seguridad, que Johnson exige sea eliminada del acuerdo negociado por su predecesora -la también conservadora Theresa May-, tiene como objetivo evitar una frontera entre las dos Irlandas, manteniendo a la provincia británica alineada con ciertas normas del mercado único y la unión aduanera, mientras que el resto del Reino Unido quedaría fuera de esos espacios económicos.

El Reino Unido se opone a la polémica salvaguarda porque ese arreglo podría demorarse demasiado mientras Londres y Bruselas negocian la futura relación comercial y los unionistas probritánicos temen que la región quede aislada indefinidamente.

Johnson se mostró confiado, no obstante, en lograr un pacto con la UE en la reunión del Consejo europeo del próximo 17 de octubre, si bien no se aparta de su determinación de cumplir, con o sin acuerdo, el calendario establecido para el "divorcio" británico.

Antes de su reunión con el 'Taoiseach' en la sede del Gobierno en Dublín, el primer ministro británico reiteró ante la prensa que prefiere "de forma abrumadora" que el Reino Unido salga de la UE con un acuerdo y añadió: "creo realmente que se puede llegar a un pacto para el 18 de octubre, así que hagámoslo juntos".

Johnson mencionó tres obstáculos que pueden ser resueltos con la República del Irlanda: los controles de mercancías y personas a ambos lados de la frontera irlandesa, el respeto del proceso de paz en la provincia británica y la protección de la unidad económica de la isla de Irlanda.

Consideró que estos son escollos "prácticos" y que, de no superarlos para llegar a un pacto con Bruselas, será "un fracaso político del que todos seremos responsables".

Por su parte, Varadkar se mostró positivo y calificó de "aún posible" un Brexit negociado, pero admitió que el Reino Unido no ha presentado alternativas a la polémica salvaguarda irlandesa.

Para el jefe de Gobierno irlandés, aunque no haya acuerdo, el Reino Unido tendrá que negociar una nueva relación con la Unión Europea.

"Una falta de acuerdo causará mucho trastorno en Irlanda. Tendremos que lidiar con problemas como las tarifas y las ayudas estatales", afirmó Varadkar, que calificó de "tarea hercúlea" para Londres organizar nuevos acuerdos comerciales con Estados Unidos y otros países una vez que salga del bloque europeo.

Es "imperativo" honrar la decisión de los británicos

El 'Taoiseach' insistió en que la "prioridad" es evitar el retorno a una frontera física entre las dos Irlandas, para no perjudicar el proceso de paz en Irlanda del Norte.

"Estamos abiertos a todas las alternativas legales que puedan funcionar, pero no las hemos recibido hasta ahora", dijo.

Johnson reconoció, por su parte, las "sensibilidades" que una posible frontera tendría en las dos Irlandas, pero hizo hincapié en que es imperativo "honrar" la decisión democrática de los británicos en el referéndum de 2016, en el que votaron por el "brexit".

"Sinceramente creo que se puede llegar (a un acuerdo), hay un camino a seguir y estoy encantado de que haya sido recibido de una manera positiva en Dublín", agregó Johnson.

Una vez de regreso en Londres, Johnson pedirá este lunes a la Cámara de los Comunes que dé su visto bueno a la convocatoria anticipada de comicios, como manera de superar la grave crisis sobre la retirada británica de la UE este 31 de octubre.

El Brexit ha sumido al país en esta crisis por el enfrentamiento entre el Gobierno, partidario de una salida con o sin acuerdo, y la oposición, crítica con la decisión de Johnson de suspender el Parlamento esta semana e inquieta por las consecuencias económicas de una retirada sin pacto.

Cierre del parlamento británico

El Gobierno británico ha confirmado que la suspensión de la actividad parlamentaria arrancará este mismo lunes, al término de un debate en el que previsiblemente la oposición tumbará de nuevo el plan del primer ministro, Boris Johnson, de convocar elecciones anticipadas.

El Ejecutivo cuenta con el permiso de la reina, Isabel II, para dar por concluida la sesión hasta mediados de octubre, a solo un par de semanas de la fecha establecida para la salida de Reino Unido de la UE. Dicha suspensión estaba prevista para esta misma semana.

Un portavoz de Downing Street ha confirmado ante los medios que el Parlamento quedará cerrado una vez hayan concluido los trámites previstos para este lunes, entre los que se cuenta el debate sobre la moción para un adelanto electoral.