El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, propuso este sábado invitar a Ucrania a la próxima cumbre del G7, pero cerró la puerta de forma rotunda al eventual regreso de Rusia al grupo, como desea Estados Unidos.

En una rueda de prensa en Biarritz (suroeste de Francia), antes del inicio de la cumbre del G7, Tusk consideró que "las razones por las que Rusia dejó de ser invitada en 2014 todavía siguen siendo válidas, e incluso hay nuevas razones como la provocación rusa en el mar de Azov".

Asimismo, indicó que intentará convencer a sus interlocutores en la cita de Biarritz para que el nuevo presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, participe en la cumbre del año que viene, en calidad de invitado, para escuchar sus opiniones.

El ex primer ministro polaco recordó que el presidente estadounidense, Donald Trump, ya propuso hace un año que Rusia reintegre el foro con el argumento de que la anexión de Crimea "estaba parcialmente justificada" y de que "ese hecho debería de ser aceptado".

"Bajo ninguna condición podemos estar de acuerdo con ese razonamiento", zanjó Tusk, que representa el sector más opuesto a la vuelta de Rusia, frente a EE.UU. que pide su regreso, o Francia y Japón, que creen que debería debatirse el asunto.

Para el responsable europeo, que dejará el cargo a final de octubre para ser reemplazado por el belga Charles Michel, cuando Ruisa ingresó en el G7, en 1998, "se creía que iría por el camino de la democracia liberal, el Estado de derecho y los derechos humanos. ¿Alguien puede decir (...) que Rusia está en ese camino?".

En 2014, el G7 suspendió sus invitaciones a Rusia en respuesta a la anexión de Crimea, desde entonces el presidente Vladimir Putin no ha vuelto a asistir a una cumbre de los países que conforman el grupo.