Corea del Norte efectuó este viernes dos nuevos lanzamientos de proyectiles aparentemente balísticos de corto alcance desde su costa oriental, el quinto test de este tipo en unas dos semanas, según dijeron fuentes militares surcoreanas.

Los dos proyectiles fueron disparados desde la provincia norcoreana de Hamyong del sur a las 5.32 y 5.50 hora local (20.32 Y 20.50 GMT del viernes) y cayeron en el Mar de Japón (llamado mar del Este en las dos Coreas), según informó en un comunicado el Estado Mayor Conjunto surcoreano (JCS).

Las fuerzas de Washington y de Seúl se encuentran analizando los datos recopilados sobre la trayectoria de los proyectiles, en lo que supone la quinta ronda de lanzamientos del Norte desde el pasado 25 de julio, y que según Pionyang constituyen una "advertencia" contra las maniobras militares conjuntas de los dos países aliados.

Los misiles recorrieron unos 400 kilómetros de distancia a una altura máxima de 48 kilómetros, según el JCS, que a partir de estos datos y de su trayectoria cree que se trató de proyectiles balísticos de corto alcance.

El régimen que lidera Kim Jong-un había realizado su último lanzamiento el pasado miércoles, y tanto en ese como en los tres anteriores probó un nuevo tipo de misil del mismo tipo al probado hoy, según apuntan los análisis preliminares de Washington y Seúl.

"Vemos una alta posibilidad de lanzamientos adicionales, puesto que Corea del Norte está llevando a cabo ejercicios militares de verano y que también están teniendo lugar maniobras combinadas de EEUU y Corea del Sur", rezaba un comunicado el JCS, y añade que los aliados mantienen su "preparación militar".

El nuevo ensayo armamentístico del Norte tiene lugar después de que el viernes el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciara que ha recibido una "preciosa" carta del dictador norcoreano, en la que afirma que no está "contento" con las maniobras militares de los aliados.

Seúl y Washington iniciaron el pasado día 5 unos ejercicios castrenses en el Sur que se prolongarán durante unas tres semanas, y que se llevan a cabo con una escala más reducida que en ocasiones anteriores con vistas a favorecer el diálogo y la distensión en la península coreana, algo que no ha evitado las protestas del Norte.

Kim "no estaba contento con esos juegos de guerra. Y ustedes saben que a mí tampoco me han gustado nunca", dijo Trump en declaraciones a la prensa a la Casa Blanca en la víspera, en las que también abrió la puerta a un nuevo encuentro con el líder norcoreano.