Hace 75 años las playas de Sword, Juno, Gold, Omaha y Utah fueron escenario de una batalla que pasaría a la historia. Un acontecimiento bélico que quedaría grabado en la memoria de algunos y en todos los libros de historia. El desembarco de Normandia supuso un duro golpe a las potencias del Eje que sirvió para decantar la Segunda Guerra Mundial a favor de los Aliados.

Aquel 6 de junio de 1944, más conocido como el día D, los soldados aliados atravesaron el Canal de la Mancha para llegar a Francia. 160.000 hombres, más de 15.000 aviones y unos 7.000 buques arribaron a la costa francesa para abrir un nuevo frente contra las fuerzas de Adolf Hitler y lograr iniciar el camino de la liberación hasta Berlín.

Los bombarderos de los Aliados atacaron las infraestructuras de comunicación, las carreteras y las vías férreas con la intención de aislar la zona norte del país y complicar así que los refuerzos alemanes pudieran llegar a ayudar. Sin embargo, tuvieron en cuenta que estas ofensivas tenían que ser dispersas para no dar pistas a los enemigos sobre la localización de los desembarcos donde pretendían orquestar el desembarco.

'Overlord' fue el nombre elegido para una operación que comenzó a fraguarse un año antes en Washington D.C., donde tuvo lugar la Conferencia Trident en la que planearon una estrategia que terminaría siendo fundamental para la caída del bloque Nazi.

La meticulosa y arriesgada operación supuso, según informaron los aliados más de 2.500 muertos, aunque investigaciones posteriores detectaron que la cifra podría ser mayor, incluso superando las 10.500. Pero, no fue algo sorprendente. El Alto Manado había anticipado que una operación exitosa podría costar unos 10.000 soldados del bloque aliado muertos. Las fuerzas del Eje también sufrieron grandes pérdidas humanas, aproximadamente 10.000 soldados murieron aquel 6 de junio.

Adolf Hitler, no estaba ajeno a los planes de sus enemigos. El 'Führer' sospechaba que los Aliados tenían entre manos un plan para romper sus defensas en el país galo, sin embargo, ignoraba por dónde tratarían de atacar ni cuándo lo harían. Por ello, levantó una línea de defensa, llamada Muro Atlántico, para repeler posibles acometidas.

El Eje planeó erigir 15.000 cuarteles en los que 300.000 hombres defenderían la zona. Desde España hasta Noruega. Sin embargo, dichas intenciones nunca llegaron a ejecutarse por culpa de los recortes, que hicieron insuficientes los suministros sobre todo de hormigón y mano de obra. De hecho, más del 50% de estos puntos fortificados nunca se llegaron a construir.

Pese a no tenerlo claro, los alemanes pensaban que Calais sería el lugar elegido por los Aliados. Éstos, eran conscientes de la importancia de engañar al Eje, para disminuir sus fuerzas. Con el objetivo de que los alemanes dieran un paso en falso, los servicios de inteligencia británicos idearon una de las operaciones de espionaje más importantes de la historia. Gracias a la labor de dobles espías, hicieron creer a los alemanes que el desembarco tendría lugar en Calais, a 300 kilómetros de Normandia, y en otro momento. Los alemanes cayeron en la trampa.

Los 160.000 soldados que cruzaron el canal de la Mancha de Inglaterra a Francia aquel 6 de junio fueron los primeros de los más de tres millones que lograron llegar a Francia a finales de agosto. Ese mismo mes los Aliados lanzaron una invasión al sur de Francia denominada Operación Dragoon y el día 25 lograron liberar París. Las fuerzas alemanas se vieron obligadas a retirarse por el valle del río Sena a finales de mes, lo que supuso el ocaso de la Operación Overlord.