El comediante ucraniano Vladímir Zelenski cumplió este domingo con los pronósticos y, según los sondeos a pie de urna, se enfrentará dentro de tres semanas al actual líder del país, Petró Poroshenko, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.

Nada más conocerse los resultados de las encuestas, Zelenski salió a la palestra entre el júbilo de sus seguidores y dio las gracias a los ucranianos por "no votar de broma", sino en serio, y darle la oportunidad por luchar por la Presidencia.

"¡Todo súper! Este es sólo el primer paso a la victoria. Sondeos a pie de urna hay muchos, pero ganador sólo uno", aseguró el actor, al que pocos se tomaban en serio cuando anunció su candidatura hace menos de tres meses.

Zelenski tenía motivos para la celebración, ya que todos los sondeos a pie de urna publicados por los canales de televisión y las agencias de noticias le otorgaban más del 30 % de los votos, mientras Poroshenko rondaba el 18 %.

De esta forma, Zelenski, que lideró los sondeos de opinión desde finales de enero, se convierte también en el gran favorito con vistas al segundo asalto que tendrá lugar el 21 de abril.

No se cumplieron los malos augurios de los analistas de que los jóvenes, su principal granero electoral, le darían la espalda ante su tradicional renuncia a votar.

Además, el actor hizo valer también su popularidad en el este (más del 42 %) y sur del país (30,7 %), de mayoría rusoparlante, y sólo salió perdiendo ante Poroshenko en el oeste más nacionalista.

Con vistas a la próxima votación, negó rotundamente en declaraciones a la televisión que se plantee pactar con la ex primera ministra y gran derrotada hoy, Yulia Timoshenko, para que le apoye a cambio del puesto de primera ministra. "No pactamos con la vieja guardia", declaró.

Mientras, Poroshenko compareció aliviado, ya que durante mucho tiempo pareció que sería desbancado del poder ya en la primera vuelta debido al gran descontento social por la dramática caída del nivel de vida desde la revolución del Maidán.

Pero tuvo suficiente cintura para "hacer un llamamiento a la generación joven, a aquellos que tienen menos de 30 años" y asegurar que compartía "sus deseos de cambio".

"Tenemos que unirnos y no perder el tiempo. Entiendo plenamente las razones de vuestro desafecto. Todo lo que hemos estado haciendo durante los últimos cinco años es para los jóvenes, para la futura generación", subrayó apelando al apoyo de los votantes de Zelenski.

Poroshenko admitió que "no siente ninguna euforia" por el resultado de los sondeos a pie de urna, y que entiende "la señal que la sociedad le ha dado al Gobierno".

"Esta es una lección muy dura para mí y para todo nuestro equipo. Pero el que no hace nada no se equivoca", se justificó.

A la vista del reparto geográfico de los votos -logró un 9,6 % en el Donbás y un 11,2 % en el sur-, donde muchos no le perdonan que financiara la revolución que derrocó hace cinco años al prorruso Víktor Yanukóvich. Está claro donde está su talón de aquiles.

Mientras, Timoshenko intentó sacar partido del descontento social con la gestión económica de Poroshenko, pero una vez más parece que no podrá cumplir su sueño de convertirse en jefa del Estado ucraniano.

Eso sí, fiel a su carácter combativo, no tiró la toalla y se negó a reconocer su derrota con el argumento de que los sondeos a pie de urna que le colocan como tercer candidato son sospechosos.

"Insto a no tomar los sondeos a pie de urna como una verdad suprema. Es algo deshonesto y manipulador", dijo Timoshenko al comparecer en su cuartel general.

Timoshenko, que ya fue derrotada en 2010 por Yanukóvich y hace cinco años por Poroshenko, llamó a sus partidarios a copiar los protocolos de cada colegio para realizar un recuento paralelo.

"Les pido que vayan a los colegios y defiendan el resultado hasta el final. Luchemos por cada voto", apuntó.

Y es que, según los sondeos a pie de urna realizados por el partido de Timoshenko, Batkivschina (Patria) en más de 18.000 colegios electorales, Zelenski ganaría con el 27 %, mientras ella sería segunda con el 20,9 %

"El país está deseando el cambio. Espera que la mafia que está en el poder se vaya", indicó.

Según resultados no definitivos de la Comisión Electoral Central, que ha asegurado que no hubo violaciones importantes de la ley electoral, de los más de 34 millones de ucranianos que estaban llamados a las urnas votó un 63,48 %.

Aunque unos cinco millones residentes en los territorios controlados por los separatistas prorrusos en las provincias de Donetsk y Lugansk no pudieron ejercer su derecho al voto.