Ucrania anunció este miércoles que no participará este año en el festival de Eurovisión después de que los ganadores del concurso nacional se negaran a firmar un contrato "leonino" que les exigía renunciar a actuar en Rusia.

"La Radiotelevisión Nacional Pública de Ucrania (NOTU) renuncia a participar en el festival internacional de la canción de Eurovisión-2019", señaló la compañía en comunicado.

La NOTU, que expuso como argumento "la politización" del concurso nacional, tomó esa decisión después de que la ganadora, Maruv, renunciara el lunes a representar a su país por presiones políticas y censura.

"Soy ciudadana ucraniana, pago impuestos y amo a Ucrania con toda sinceridad. Pero no estoy dispuesta a actuar bajo lemas que convertirían mi participación en el concurso en una campaña de promoción de nuestros políticos", escribió Maruv en su cuenta de Facebook.

La renuncia de Maruv fue secundada el martes por el segundo clasificado, Freedom Jazz, y este miércoles por el tercero, Kazka, y el cuarto, Brunettes Blondes.

"No necesitamos una victoria a cualquier precio. Nuestra misión es unir a la gente con nuestra música, no crear división", dijo el grupo Kazka.

Estas renuncias en cadena dejaron sin respuesta a la NOTU, que reconoce en su nota oficial que podía haber elegido a un cantante que no hubiera participado en el concurso nacional, pero que eso habría sido una falta de respeto hacia los telespectadores que participaron el sábado en la votación nacional.

La compañía no llegó a consultar al quinto clasificado, Yuko, grupo que recibió antes del concurso el respaldo público del presidente ucraniano, Petró Poroshenko.

En su defensa, NOTU denunció los "lazos de los artistas con la industria del espectáculo en el territorio del Estado agresor -en referencia a la vecina Rusia-, que en el quinto año de conflicto siguen siendo muy estrechos".

"Para una parte de la sociedad eso es aceptable. Para el resto es algo que causa indignación y desagrado", explicó.

El escándalo estalló el mismo sábado cuando el jurado acribilló a preguntas políticas a los concursantes entre los que debía salir el representante de este año para Eurovisión. Cuestiones que incluían la de si consideraban que la península de Crimea es territorio ucraniano.

El jurado se ensañó en especial con el dúo Anna y María, dos hermanas gemelas oriundas de Crimea que se negaron a reconocer que la península había sido anexionada por Rusia, ya que su madre trabaja en el Gobierno crimeo.

"No podíamos ni imaginar que de un país con principios europeos nos encontraríamos en una especie de Unión Soviética en la peor de sus épocas, cuando a los niños les obligaban a renunciar a sus padres", escribieron en Instagram después de quedar en último lugar en la votación.

Paradójicamente, NOTU recordó hoy que Eurovisión es un concurso "apolítico" que busca unir a la comunidad internacional a través del arte.

Aunque lo que provocó la renuncia de Kiev a Eurovisión fue la negativa de Maruv, cuyo nombre es Anna Korsun, a firmar el contrato "leonino" que le propuso la NOTU.

En virtud del contrato, la cantante tenía prohibido actuar en territorio ruso desde la firma del documento hasta tres meses después del certamen que se celebrará en mayo en Tel Aviv.

Además, el concursante debía relacionarse con la prensa solo con autorización de la NOTU, no realizar declaraciones o acciones de contenido político, o afirmaciones que "puedan poner en duda la integridad territorial y la seguridad de Ucrania".

"La compañía nacional no presentó a los concursantes ninguna exigencia sobre preferencias políticas o el apoyo a político concretos", precisó la radiotelevisión.

El contrato también prohibía improvisar sobre el escenario, obligaba al intérprete a ceder los derechos de autor o pagarse de su bolsillo el viaje a Israel, exigencias que en caso de ser ignoradas acarrearían una fuerte multa.

"Cuando miles de héroes mueren en el frente por la integridad territorial de Ucrania, el Estado debería estar representado por artistas dignos, patriotas de Ucrania, que se dan cuenta de su responsabilidad", consideró el Ministerio de Cultura sobre la polémica.

El viceministro ucraniano para Asuntos Humanitarios, Viacheslav Kirilenko, explicó que el concurso nacional había sido un claro ejemplo de "la guerra híbrida de Rusia contra Ucrania".

Debido a los "riesgos informativos" que ello supone, afirmó, un artista que haya celebrado varios conciertos en Rusia no puede representar a Ucrania en Eurovisión.

Los candidatos a las elecciones presidenciales de marzo no se quedaron al margen de la polémica y así el líder en los sondeos de opinión, el comediante Vladímir Zelenski, defendió a Maruv, mientras el prorruso Yuri Boiko acusó a las autoridades de "histeria antirrusa".