Así lo confirmó a la cadena el comandante de la 104 Brigada de Infantería del Ejército filipino, coronel Mark Supnet, quien añadió que dos de las cabezas fueron introducidas en sacos que llegaron a las 17.00 horas de ayer (09.00 GMT); a un destacamento militar cerca de la población de Parang.

"Dos hombres armados obligaron detener a un vehículo Tamaraw -el más habitual en la región- y ordenaron al conductor depositar las bolsas en la base del Ejército", mientras los otros cinco cadáveres fueron abandonados a unos 200 metros de allí, en la carretera que une Indanan con Parang, precisó la misma fuente.

Seis de los rehenes -Roger Francisco, Dennis de los Reyes, Moisés Agustin, Wilmen Santos, Louie Teodoro y Toto Millas- eran obreros que reparaban una carretera en el lugar donde fueron capturados, mientras el séptimo, cuya identidad todavía se desconoce, era un operario de una empresa alimenticia, dijo Supnet.

Todos viajaban juntos en un camión cuando hombres fuertemente armados detuvieron el vehículo, les ordenaron apearse y se los llevaron.

Abu Sayyaf exigió el miércoles cinco millones de pesos (104.877 dólares ó 77.405 euros); para liberar a los rehenes, una estrategia a la que han recurrido en el pasado para conseguir fondos o aflojar la presión de los cuerpos de seguridad sobre el grupo.

Un grupo de ex combatientes de la guerra de Afganistán contra la antigua Unión Soviética formó la banda en 1991, que desde 2001 está incluida en la lista de organizaciones terroristas de EEUU.

Vinculado a la red terrorista Al Qaeda, a Abu Sayyaf se le atribuyen algunos de los atentados más sangrientos de los últimos años en Filipinas, y numerosos secuestros, entre ellos varios de turistas extranjeros.