Las dificultades que afrontan las empresas británicas para planear el futuro ante la incertidumbre del Brexit y el temor a que una salida desordenada de la Unión Europea (UE) golpee a la libra esterlina y al sector bancario han puesto en jaque a la economía del Reino Unido.

El Banco de Inglaterra calcula que el PIB británico ha dejado de crecer en torno a un 2% desde el referéndum de 2016 y diversos análisis advierten de que el país se arriesga a entrar en recesión si rompe sus lazos con Bruselas el próximo 29 de marzo sin un acuerdo.

La inversión empresarial se ha frenado en los últimos trimestres y las ventas minoristas han caído por la falta de confianza de los consumidores. "No tiene tanto que ver con si el Brexit es o no deseable para el Reino Unido, sino con la dificultad para saber dónde estaremos en doce meses y cinco años", afirmó a Efe Laith Khalaf, analista de Hargreaves Lansdown.

La primera ministra británica, Theresa May, ha desatado una tormenta política al presentar un acuerdo sobre los términos de salida de la UE, que por el momento no cuenta con el respaldo suficiente para ser aprobado en el Parlamento. Tras este anuncio, la libra esterlina sufrió su mayor caída en una sola jornada desde hace dos años -cerca de un 2% frente al euro y el dólar- y los bancos británicos se desplomaron en bolsa -RBS, el mayor damnificado, perdió un 9,63%-.

Los analistas creen que este escenario es una advertencia sobre lo que puede ocurrir si May no logra que la Cámara de los Comunes apruebe el texto acordado con Bruselas. En ese caso, el país se adentraría en un escenario incierto que puede desembocar en unas elecciones generales, un nuevo referéndum o bien una ruptura abrupta con la UE.

"Sin una preparación adecuada para un Brexit sin acuerdo, los mercados británicos afrontan la amenaza de un triple 'shock', político, económico y financiero, en el futuro cercano", indicó a Efe Lena Komileva, economista jefe de G Plus Economics. "El Reino Unido tiene una economía muy abierta, altamente dependiente de las cadenas de suministro europeas en cuanto al mercado doméstico de bienes de consumo y del mercado comunitario para la exportación de servicios financieros", agregó.

El sector bancario, íntimamente ligado a las finanzas nacionales, afronta especiales riesgos en caso de que la economía se desacelere y aumenten los impagos, lo que le ha pasado factura en el mercado de valores. Un Brexit no negociado incrementaría además las posibilidades de que los tipos de interés se mantengan bajos, lo que también puede perjudicar a los balances de las entidades bancarias, que se suelen beneficiar de subidas de tipos.

La caída de la confianza en el mercado bursátil ha llevado a inversores a aumentar sus adquisiciones de bonos de deuda pública en los últimos meses, si bien algunos analistas advierten de que ese recurso también puede verse comprometido en caso de una salida dura de la UE. "A pesar de que se percibe como un refugio seguro, en este escenario hay que reconocer que también existen riesgos a raíz del Brexit", señala Khalaf.

Abandonar la Unión Europea con un pacto que asegure un periodo de transición de varios años, en el que el Reino Unido seguirá integrado en las estructuras comunitarias, es el primer paso para alejar los riesgos económicos, aunque no solventará todas las incertidumbres.

Una vez el Reino Unido sea un país tercero para la UE, después del 29 de marzo, Londres y Bruselas comenzarán a negociar su futura relación comercial bilateral, lo que todavía puede demorarse varios años. "Si el acuerdo es aprobado por el Parlamento -y por ahora estamos muy lejos de que eso ocurra-, eso aliviaría mucha de la presión sobre la libra esterlina, aunque todavía persistiría la incertidumbre", sostuvo el experto de Hargreaves Lansdown.

En una nota enviada a los inversores, los analistas de UBS alertan de que abandonar la UE sin acuerdo, o bien con un "Brexit duro", llevaría al Reino Unido a una "breve recesión", comparado con un crecimiento del 1,8% en 2019 si se aprueba el pacto que está sobre la mesa.

En el escenario abrupto, la libra puede caer hasta el nivel de 1,15 dólares en un periodo de entre tres y seis meses, un desplome del 11% respecto al escenario de una ruptura acordada. En ese mismo sentido, la agencia de calificación S&P contempla una "recesión moderada" en caso de un Brexit desordenado, en la que el PIB se contraería un 1,2% en 2019 y un 1,5% en 2020.