La Corte Internacional de Justicia (CIJ) zanjó hoy a favor de Chile, por doce votos a tres, el juicio planteado por Bolivia para obligar a Santiago a entablar negociaciones con el fin de obtener un acceso soberano al océano Pacífico, aunque los jueces invitaron a las partes a "continuar su diálogo".

El alto tribunal de la ONU rechazó obligar jurídicamente a Chile a entablar dichas negociaciones con Bolivia y tumbó, también por doce votos contra tres, todos los argumentos legales planteados por los abogados de La Paz.

La CIJ reconoció que las diferentes notas, actas y declaraciones entre ambos países a lo largo del siglo XX y principios del XXI implicaban que ha existido una intención de negociar por parte de Chile, pero ello no implica que este país haya adquirido durante esos episodios una obligación jurídica de negociar.

Los magistrados también rechazaron el argumento de La Paz de que los diferentes contactos entre las partes le habrían generado "expectaciones legítimas" a Bolivia, pues éstas sólo deben ser consideradas en "laudos arbitrales entre un inversor privado y un Estado", pero no en un juicio entre Estados.

Asimismo, el fallo añadió que las diferentes resoluciones de la Organización de Estados Americanos (OEA) conminando a ambos países a sentarse a negociar "no constituyen una base legal para establecer una obligación a negociar", rechazando otra de las tesis de Bolivia.

No obstante, los magistrados agregaron en sus conclusiones generales que la decisión tomada hoy "no debe impedir que las partes continúen su diálogo e intercambios en un espíritu de buena vecindad", dijo el juez presidente de la CIJ, Abdulqawi Ahmed Yusuf.

Dicho diálogo abordaría "los asuntos relacionados con el enclaustramiento de Bolivia", una solución para la cual "ambos han reconocido que es un asunto de interés mutuo".

Estas palabras fueron resaltadas por el presidente de Bolivia, Evo Morales, que minutos después del fallo dijo desde las escalinatas de la CIJ que el tribunal "entiende perfectamente que hay un tema pendiente entre Bolivia y Chile".

El mandatario reconoció que el tribunal de La Haya no ordenó a Chile a sentarse a negociar, pero se felicitó de que los jueces hicieran "una invocación a seguir continuando con el diálogo", algo que interesa "no solamente a estos dos países", sino a "la región".

"Sabe el pueblo boliviano y los pueblos del mundo" que Bolivia perdió el acceso soberano al Pacífico "mediante una invasión", dijo Morales, en alusión a la Guerra del Pacífico a finales del siglo XIX, que supuso para este país la pérdida del litoral que disfrutaba cuando se formó como Estado.

Morales abandonó luego el Palacio de la Paz, sede de la CIJ, mientras a escasos metros un grupo de ciudadanos bolivianos ataviados con banderas gritaban "¡La lucha continúa!".

El agente de Chile ante la CIJ, Claudio Grossman, mostró minutos antes un tono más optimista y dijo que el fallo es "un gran triunfo para el derecho internacional".

Se felicitó de que todos los argumentos de Bolivia fuesen rechazados "de una manera muy rigurosa" por los jueces, desde "el efecto que producen los derechos expectaticios" a "las resoluciones de la Organización de Estados Americanos", dos de las tesis mencionadas por Bolivia durante el juicio.

"La CIJ hoy ha señalado con gran claridad que hay que hacer una gran distinción entre la política y el derecho. Eso es esencial para la manutención de las relaciones entre los Estados", dijo Grossman.

Según el agente chileno, el fallo de la CIJ es importante porque "estaba en juego la legitimidad del derecho en la solución de las disputas" y reafirma "el rol que la corte juega como el tribunal máximo cuya función es precisamente decidir la disputas" entre los países.

La sentencia de hoy es inapelable y de obligado cumplimiento, por lo que supone el último episodio del camino judicial comenzado por Bolivia en 2013.