Venezuela vuelve a ser una olla a presión tras la creciente crisis económica y las incontables tensiones políticas. El supuesto intento de atentado contra el presidente Nicolás MaduroNicolás Maduro de este sábado, cuestionado tanto por la oposición como por Estados Unidos, ha dado al líder caribeño la excusa perfecta para endurecer el discurso contra sus oponentes, que ya temen que el suceso lleve al mandatario a recrudecer la represión contra todos aquellos críticos con su gestión.

Además, el hecho de responsabilizar a la ultraderecha venezolana, a Colombia o a Estados Unidos de estar detrás de lo sucedido ha reforzado su narrativa de que la crisis que padece el país viene condicionada por actores externos que conspiran para desestabilizar y empobrecer a Venezuela. Para la oposición, lo sucedido no es más que un intento de "distracción" de los problemas reales que vive el país desde hace más de cinco años.

Lo que se sabe hasta ahora es que los dos drones cargados con explosivos interrumpían el discurso que Maduro pronunciaba en la Avenida Bolívar de Caracas, acompañado de su mujer, Cilia Flores, y su Gobierno, ante una audiencia de cientos de militares reunidos con motivo del 81º aniversario de la creación de la Guardia Nacional Bolivariana.

Los Soldados de Franelas, un grupo supuestamente integrado por militares descontentos con Maduro, ha reivindicado la autoría. La Fiscalía venezolana revelará este lunes la identidad de los seis detenidos por intentar "asesinar" a Maduro y ha anticipado una "sanción implacable".

Pero comienzan a aparecer más preguntas que respuestas ante el supuesto intento de magnicidio y la falta de información al respecto. De hecho, medios extranjeros han destacado que los bomberos que acudieron al lugar informaron de que el origen de las explosiones provenía de bombonas de gas y no de drones.

La mayoría de la comunidad internacional muestra cautela ante la falta de información de lo sucedido y quienes sí han condenado de manera tajante el supuesto atentado han sido Rusia, Cuba, Nicaragua, Irán y Siria, países aliados del régimen bolivariano.

Maduro ha recibido también este domingo el respaldo y la lealtad de las Fuerzas Armadas, fundamentales para sostener su gobierno. El presidente está listo para responder con 'puño de hierro' al supuesto magnicidio del que fue víctima. El fiscal general venezolano ha puntualizado que el dirigente no era el único objetivo del ataque, sino que querían acabar con la cúpula militar que acompañaba al mandatario cuando asistía al desfile militar en Caracas.

El apoyo público del Ejército es fundamental para el líder bolivariano ya que ha sido y es en la actualidad el principal sostén de su Presidencia, muy cuestionada por el creciente rechazo de su pueblo, acuciado por la carestía de productos de primera necesidad y una crisis económica galopante.

El ministro de Interior, Néstor Reverol, ha confirmado la detención de seis 'terroristas' relacionados con el ataque y ha puntualizado que se trató de dos drones cargados con un kilo de explosivo C4. Uno de los artefactos fue desarticulado por los inhibidores de señal próximos a la tarima donde estaba el presidente y la cúpula militar y el otro perdió el control estrellándose contra un edificio cercano pero dejó a seis militares heridos.

El ministro de Defensa, Vladimir Padrino, en un discurso televisado, ha aseverado que el acontecimiento "ha tocado un extremo muy peligroso" y ha afirmado que la intención del ataque era "destruir y descabezar a todo un Estado".

También las Fuerzas Armadas venezolanas han manifestado su lealtad al presidente y han dicho que están a su lado. Han insistido en que permanecerán "aferrados a sus propias convicciones y defenderán al dirigente venezolano siempre que sea necesario. "Ningún gobierno que procure instaurarse por vías no democráticas contará con el apoyo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana".

En este sentido, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) ha asegurado que "no aceptará bajo ninguna circunstancia que se vulnere la soberanía nacional" del país.

La FANB ha garantizado que "conducirá las investigaciones correspondientes para determinar la autoría" del ataque, que ha dejado hasta el momento siete militares heridos. "Los principios y valores que nos rigen no serán afectados por canalladas de tal naturaleza y bajo ninguna circunstancia aceptaremos que sea vulnerada la soberanía nacional", ha destacado.Temen una nueva ola de represión

La búsqueda de culpables y el hecho de que tanto Maduro como su gobierno hayan responsabilizado a la oposición, a Estados Unidos y al presidente colombiano Juan Manuel Santos de estar detrás del suceso, hace temer una nueva ola represiva contra todos aquellos no afines al régimen.

De hecho, los críticos de Maduro han alertado de que el Gobierno podría usar el confuso incidente del sábado como un pretexto para atacar a sus adversarios con acciones represivas similares a las ocurridas en el pasado, como encarcelamiento de líderes conocidos y prohibición para que otros ocupen cargo públicos.

Las palabras del Frente Amplio, que ha cuestionado que se trate de un verdadero ataque, han tenido lugar después de que el ministro de Comunicación e Información de Venezuela, Jorge Rodríguez, confirmara que el grupo insurgente Soldados de Franelas, que habría atentado contra la vida del presidente, planeó el ataque durante seis meses.

No obstante, la oposición ha llamado la atención sobre el hecho de que Maduro "rápidamente calificó el hecho como un atentado y acusó de forma genérica, irresponsable y sin prueba alguna a la oposición venezolana", cuando "lo responsable sería esperar a que se realicen las investigaciones pertinentes".

La exfiscal de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, ha rechazado este domingo las acusaciones del ministro de Asuntos Exteriores del país, Jorge Arreaza, y ha asegurado que de haber estado tras el ataque al presidente, Nicolás Maduro, "Venezuela estaría celebrando su libertad".

"Jorge Arreaza, tú y tu jefe Nicolás Maduro saben que cuando planifico las cosas, las hago bien. Si yo estuviera detrás de ese plan, el país estaría celebrando su libertad. ¡Basta de mentiras!", ha aseverado Ortega Díaz.

También el mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, cuyo gobierno consideró "absurdos" los señalamientos, entregará el poder el próximo martes al derechista Iván Duque, quien tacha a Maduro de "dictador".

El presidente venezolano ha asegurado tras el suceso que los "financistas" del plan están en EEUU. En respuesta, el consejero de Seguridad Nacional del país norteamericano, John Bolton, aseguró que "no hubo absolutamente ninguna participación del gobierno estadounidense".

Los sucesos de este sábado recuerdan al ataque protagonizado el 27 de junio de 2017 por el piloto de la Fuerza Aérea venezolana Óscar Pérez, que robó un helicóptero con el que bombardeó las sedes del Ministerio de Interior y del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en Caracas. Pérez se convertía así en la imagen pública de la rebelión militar contra Maduro. Permaneció fugado hasta enero cuando fue localizado junto a varios "criminales" en una vivienda de un barrio humilde de Caracas. Las fuerzas de seguridad asediaron durante horas la casa hasta que finalmente entraron matando a Pérez y otras seis personas.

Dos meses después, un grupo de militares sublevados lanzó la 'Operación David Carabobo' con la que intentaron tomar unas instalaciones clave de la FANB. Las tropas 'chavistas' frustraron el ataque, que dejó dos muertos y varios detenidos.

Desde la prensa contestataria se ha informado de que estos incidentes no son anécdotas, sino síntoma de una creciente frustración en la FANB por la deriva que ha adoptado el país. Según Foro Penal, una ONG local dedicada al seguimiento de los presos venezolanos, en mayo había un total de 70 militares encarcelados por razones políticas.