La Comisión Europea ha confirmado este viernes que el presidente de la institución, Jean-Claude Juncker, sufre problemas de ciática lo que, en momentos de crisis, le afecta a su habilidad para caminar como le sucedió en la cumbre de la OTAN antes de la cena con los líderes europeos.

El portavoz de la Comisión, Margaritis Schinas, también ha negado rotundamente que sus dificultades para mantener el equilibrio se deban a la ingesta excesiva del alcohol o que haya mezclado alguna bebida alcohólica con analgésicos, algo totalmente desaconsejado.

También ha informado de que en estos momentos está tomando medicación, aunque no ha precisado los fármacos, y "se encuentra mejor" por lo que la semana que viene retomará su agenda con normalidad y "seguirá trabajando duro".

Schinas no precisó qué medicación estaba tomando el presidente de la CE, tan solo que era "la que le prescribió el médico" y que, en todo caso, "no tomó alcohol aquella noche".

Además, el portavoz de la Comisión ha querido transmitir el agradecimiento del presidente al primer ministro de Portugal, Antonio Costa, y al de Países Bajos, Mark Rutte, que le prestaron su ayuda para bajar las escaleras y caminar tras la realización de la foto de familia.

Las cámaras captaron a Juncker antes de la cena de gala con los líderes de la OTAN con problemas para mantenerse en pie y dificultades para caminar o bajar las escaleras, hasta el punto de tener que ser asistido por algunos de los presentes. Posteriormente, tuvo que recurrir a una silla de ruedas.

Estas imágenes generaron numerosas especulaciones sobre si el presidente de la Comisión Europea se encontraba bajo los efectos del alcohol, algo que la CE ha desmentido rotundamente.

No es la primera vez que este problema de salud pasa factura al luxemburgués. En junio sufrió otra crisis durante su intervención en el Parlamento irlandés. Entonces, el presidente del Ejecutivo comunitario respondió así a las críticas: "tengo ciática. No estoy bebido. Preferiría estar borracho".