El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha alertado del riesgo de que la UE y Estados Unidos entren en una disputa comercial "seria" tras al anuncio del presidente Donald Trump de que impondrá un arancel del 25 por ciento al acero y del 10 por ciento al aluminio y le ha avisado de que "es fácil perder" guerras comerciales, al contrario de lo que ha sostenido el mandatario estadounidense.

"Tras el anuncio del presidente Trump, hay un riesgo de una disputa comercial seria entre Estados Unidos y el resto del mundo, incluido la UE", ha avisado Tusk en rueda de prensa en Luxemburgo para presentar su borrador con directrices de cara a negociar un acuerdo de libre comercio con Reino Unido tras su salida del bloque.

Tusk ha dejado claro a Trump que "las guerras comerciales son malas y fáciles de perder" después de que el mandatario estadounidense se jactara en Twitter de que "las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar" y ha apelado a los políticos a ambos lados del Atlántico a "actuar responsablemente".

El presidente del Consejo Europeo ha propuesto que los jefes de Estado y de Gobierno mantengan "un debate comercial extraordinario" en la próxima cumbre de marzo --en la que se espera que den luz verde a las líneas rojas para negociar el futuro acuerdo con Reino Unido y el nombramiento de Luis De Guindos como vicepresidente del BCE--, dado que el anuncio de Trump "puede tener repercusiones" para las empresas y ciudadanos europeos, al margen de su impacto para la economía global.

"Debemos tener un objetivo en mente claro: mantener el comercio global vivo y, si es necesario, proteger a los europeos de las turbulencias comerciales, incluido con propuestas proporcionales conformes a la OMC", ha concluido.

"Responderemos si es necesario de forma proporcional y equilibrada", ha avisado la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, en rueda de prensa después de la reunión semanal del Ejecutivo comunitario en la que han discutido las tres líneas de acción que contempla la UE para responder si Washington finalmente aplica los aranceles y no excluye a la UE.

Si se materializa la "promesa electoral" de Trump de imponer aranceles al acero y aluminio y la UE no es "excluida" de la medida, la UE enviará el caso a la Organización Mundial del Comercio (OMC), algo que hará "bastante rápido" en "cuanto tenga preparado" su análisis jurídico, ha explicado la comisaria.

El bloque también introducirá "medidas de salvaguardia" en caso de que detecte un aumento "significativo" de las importaciones de acero y aluminio en el mercado europeo por el desvío de productos desde Estados Unidos y aprobará "medidas de reequilibrio", es decir, un arancel a una lista de productos acereros, industriales y agrícolas estadounidense "equivalentes a la pérdida económica" para el sector europeo de la medida estadounidense. Estas medidas necesitarían "unos dos meses" para materializarse.

Malmström ha explicado que la Comisión Europea y los estados miembro han discutido "una lista provisional" de productos estadounidenses a los que se impondría un arancel, incluidos algunos whisky Bourbon, las motos Harley Davidson, los vaqueros Levi's, que ya avanzó la semana pasada el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, pero también otros como el zumo de naranja, crema de cacahuetes y los arándanos, aunque la lista todavía puede ajustarse, en función de desarrollos.

"Hemos mirado el valor del posible efecto negativo para la economía europea y hemos mirado productos donde hay alternativas para los consumidores europeos", ha explicado, al ser preguntada si los productos estadounidenses elegidos son meramente simbólicos y si cubrirán las pérdidas para el sector del aluminio y el acero, unos 2.800 millones de euros, según fuentes comunitarias, que han confirmado que la UE impondría un arancel equivalente al 25 por ciento en los productos estadounidenses afectados.

Además, las medidas se podrían aprobar de golpe o por etapas en función de si la restricción estadounidense es "una medida temporal" o de mayor duración o incluso se podría "retener" la imposición de los aranceles a la espera de ver cómo evoluciona el diálogo con Estados Unidos.

"En 2002 hubo un caso similar. Costó miles de empleos americanos también", ha recordado Malmström, que ha confiado en que la Casa Blanca "recapacite" y ha pedido tener "mucho cuidado" con hablar de guerra comercial. "Esto no está en el interés de nadie. Solo hay perdedores con esto", ha avisado.