Una jueza de Estados Unidos ordenó hoy la reclusión en régimen de arresto domiciliario para Paul Manafort, exjefe de campaña del ahora presidente, Donald Trump a quien se le fijará una fianza de 10 millones de dólares si infringe las condiciones de su reclusión.

La magistrada retiró el pasaporte a Manafort, una de las figuras centrales en la investigación por la supuesta injerencia rusa en las elecciones de 2016, y determinó que el acusado solo podrá salir de su vivienda para comparecer ante la corte, reunirse con su abogado, acudir a citas médicas o a actividades religiosas.

Rick Gates, exsocio de Manafort, también tendrá que permanecer bajo arresto domiciliario y, si infringe las condiciones de detención, deberá depositar una fianza de 5 millones de dólares, según fijó la jueza Deborah A. Robinson durante una audiencia en la Corte del Distrito de Columbia

Manafort y su exsocio Rick Gates comparecieron hoy ante la jueza Deborah A. Robinson de la Corte del Distrito de Columbia y, en una breve audiencia, sus abogados indicaron que los dos se declaran no culpables de todos los cargos, entre los que destaca el delito de "conspiración contra Estados Unidos".

Los abogados del Gobierno consideraron que Manafort y Gates podrían fugarse ante la gravedad de los cargos en su contra y, por ello, pidieron a la magistrada que les ponga bajo régimen de arresto domiciliario con permiso solo para ver a sus abogados y para acudir a citas médicas.

Además, los letrados del Gobierno pidieron a Manafort y Gates que depositen una fianza de 10 millones de dólares y cinco millones de dólares, respectivamente, ante un posible riesgo de fuga.

Los cargos contra ambos, que se entregaron hoy al Buró Federal de Investigaciones (FBI), fueron aprobados por un gran jurado federal en Washington el pasado viernes.

Estos son los primeros cargos dentro de la investigación encabezada por el fiscal especial Robert Mueller sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones del año pasado en EE.UU. y los posibles contactos entre Moscú y el equipo de Trump.

El escrito de acusación hecho público hoy detalla que los cargos contra Manafort y Gates incluyen "conspiración contra Estados Unidos" y "conspiración para lavar dinero", así como realizar "declaraciones falsas y engañosas" y no presentar información financiera y de cuentas bancarias en el extranjero.

A primera hora del día se vio a Manafort abandonar su casa a las afueras de Washington y poco después las cámaras captaban su llegada a la sede del FBI.

Según los medios estadounidenses, Gates también se entregó hoy a las autoridades.

Manafort, exjefe de campaña de Trump, estaba desde hace tiempo en la mira de las autoridades y el pasado julio el FBI efectuó una redada en su casa.

Antes de dirigir la campaña electoral de Trump durante unos meses, Manafort trabajó para un multimillonario con el fin de beneficiar al Gobierno del presidente ruso, Vladímir Putin, y también hizo negocios irregulares con prorrusos en Ucrania, según los investigadores.

Trump no ha hecho por ahora ningún comentario sobre los cargos contra Manafort y Gates, que suponen un gran paso adelante en la investigación de la trama rusa.

Durante todo el fin de semana, Trump volvió a tachar en Twitter de "caza de brujas" la investigación de Mueller sobre sus supuestos lazos con Rusia y pidió que se "haga algo" contra las irregularidades que, según él, ha cometido su rival demócrata en las elecciones de 2016, Hillary Clinton.

La investigación de Mueller también cubre las finanzas y negocios familiares del presidente, y busca determinar si Trump incurrió en obstrucción de la justicia cuando despidió en mayo al entonces director del FBI James Comey, quien lideraba las pesquisas del caso ruso.

Desde hace tiempo, pero con especial fuerza esta última semana, Trump ha promovido la idea de que fue Clinton quien incurrió en irregularidades, algunas de ellas relacionadas con Rusia.

En esa campaña le ha ayudado la revelación de que el Partido Demócrata y la campaña de Clinton financiaron el año pasado una investigación privada para encontrar información que relacionara a Trump con Rusia, lo que resultó en un dossier lleno de sórdidos detalles no corroborados sobre el ahora presidente.