El paso del Huracán Irma ha dejado totalmente destrozadas las islas San Martín y San Bartolomé, en el Caribe. Desde que las altas velocidades del viento arrasaran la zona el pasado miércoles, la cifra de muertes confirmada por las autoridades francesas asciende 9 personas, con 7 desaparecidos y 112 heridos. Zoila Pastor y Ángel Bandelas, ambos alicantinos, se encontraban allí durante el suceso. Ahora sus familiares, que ya les tienen localizados, cuentan la difícil situación a la que se están enfrentando.

Zoila Pastor trabaja en el sector comercio en San Martín desde que el pasado noviembre de 2016 decidiera moverse a la isla junto a su novio Ivann Balege y su cuñado Jordan Balege, ambos de origen francés. Sus vacaciones comenzaban la pasada semana, y las iba a pasar en España, para lo que tenía un vuelo que salía el día 7 con la compañía aérea Air France. Ese lunes de antes del despegue, ante la llegada del Huracán, la aerolínea anunció la cancelación del vuelo.

El miércoles, momentos antes de los fuertes vientos, Zoila, de 25 años, se ponía en contacto con su familia para contarles que estaba junto a cinco personas en el interior del baño de una casa de la colina. «El último mensaje que tenía de ella el miércoles era a las 11.15 horas. Me contaba que se habían cambiado de casa para evitar alojarse en la suya, que estaba más cerca del mar. Decía también que los seis que estaban en el mismo apartamento se habían metido dentro de un baño porque la casa se estaba volando», cuenta José Manuel Pastor, el padre de Zoila.

Las familias, sin noticias

En esos momentos perdió la comunicación y no fue hasta el día siguiente cuando Zoila pudo pedirle prestado el teléfono a un señor que pasaba por la colina. «Le pidió por favor que le dejara llamarnos para que supiéramos que estaba viva. Llamó llorando y nos contó que lo había pasado fatal. El baño había sido lo único que había aguantado en pie de la casa», explica su padre.

Ángel Bandelas pisó la isla por primera vez hace tres años. Luego regresó a Europa para pasar una temporada en Londres, y hace ahora un año fue cuando se instaló de nuevo en la isla caribeña de San Bartolomé, donde se encontraba en el momento del suceso. Allí, a sus 38 años, trabaja en sector de la construcción. «Fue la prima de un compañero suyo quien nos dio la noticia de que estaba vivo. Mi hijo se puso en contacto con ella por Facebook y nos dijo que su padre había recibido una llamada de ellos. Fue en ese momento cuando pudimos respirar un poco, porque lo estamos pasando muy muy mal», relata Liliana, madre del alicantino.

Tal y como le pasaba a Zoila, Ángel tenía programada su vuelta a España para las vacaciones. «Estaba a punto de venirse y le dijeron que se supendía el vuelo por el Huracán. Le recogieron y le llevaron a casa de un amigo porque pensaban que era más segura que la suya», explica Liliana.

Ángel pasó los momentos del Huracán desde el sótano que les ofreció una vecina para resguardarse. El resto de la estancia, al deshacerse el techo, salió por los aires. La familia estuvo en todo momento en contacto con el Consulado Español en París hasta conocer el paradero del alicantino: «Se han portado muy bien con nosotros y siempre nos dicen que estemos tranquilos».

Anoche fue la última vez que Ángel, santjoaner, se puso en contacto con sus familiares en España. A tan solo unas horas del paso de un nuevo huracán, les contó la situación del momento: «Cuenta que aquello es un caos: había coches volando, barcos encima de las aceras y, en definitiva, una destrucción total. Hoy se han peleado alrededor de cuarenta hombres por el agua potable». Ahora, con rasguños en brazos y piernas por el paso de Irma, tiene claro que no regresará a España si puede quedarse ayudando en su isla, donde el 95% ha quedado devastado. «Nos han llamado de la embajada por si quería ser evacuado, pero ha decidido quedarse», cuenta su madre.