Con 263 votos, el oficialismo superó este miécoles en la Cámara de Diputados de Brasil los 172 necesarios para evitar que el presidente del país, Michel Temer, responda a un juicio político por supuesta corrupción, como ha solicitado la Fiscalía.

La oposición, que en su totalidad se había volcado en favor de darle curso al proceso, sumó 227 votos en el pleno de la Cámara baja y se quedó lejos de la mayoría calificada de dos tercios (342) que se requería para autorizar al Tribunal Supremo a procesar a Temer.

El resultado garantiza que la denuncia por corrupción que la Fiscalía formuló contra Temer sobre la base de unos testimonios de directivos del grupo JBS sea archivada y sólo pueda ser retomada cuando el mandatario entregue el poder, el 1 de enero de 2019.

Temer asumió la presidencia de Brasil en mayo de 2016 en forma interina, y luego fue confirmado en el cargo el 31 de agosto de ese mismo año, tras la destitución por manejos irregulares de los presupuestos de la entonces presidenta, Dilma Rousseff, de quien era vicepresidente.

Si la denuncia hubiese sido acogida, el mandatario habría sido suspendido de sus funciones durante los 180 días que duraría el proceso y, como Rousseff, destituido si se le hallaba culpable.

Presunto soborno

La acusación se apoya en testimonios dados a la Justicia por directivos del grupo JBS, que han dicho que sobornaban a Temer a cambio de "favores políticos" desde 2010 y que esas prácticas continuaron cuando asumió el poder.

Por esos mismos testimonios, la Fiscalía aún analiza si presenta nuevos cargos contra Temer, a quien todavía investiga por supuestas obstrucción a la justicia y asociación ilícita.

En caso de que finalmente sean formulados nuevos cargos, la Corte Suprema deberá remitir el asunto otra vez a la Cámara de Diputados, que deberá repetir todo el proceso concluido hoy con la votación que negó la posibilidad de que el mandatario sea procesado al menos mientras permanezca en el poder.