Los franceses han vuelto este domingo a las urnas para elegir al nuevo ocupante del Palacio del Elíseo y la Francia que quieren para el futuro. Defenestrados los partidos tradicionales (la derecha de François Fillon y los socialistas de Benoît Hamon) en las elecciones del pasado 23 de abril, los galos quieren un cambio, un país diferente que pasa por elegir entre dos propuestas completamente antagónicas.

Emmanuel Macron (¡En Marcha!) y Marine Le Pen (Frente Nacional), patriotas declarados ambos, tienen sin embargo una visión opuesta de lo que debe ser Francia.

Sus propuestas han puesto al descubierto la profunda división que hay en la sociedad francesa. El Frente Nacional conquistó las ciudades deprimidas por el retroceso de la producción industrial, así como las urbes conservadoras del sur. Macron ganó en el oeste, y los votantes de clase media y alta lo apoyaron en las grandes ciudades y pueblos.

La Francia hermética de Le Pen

La candidata de la ultraderecha ha suavizado su programa y ha ido variando su discurso, hasta llenarlo de ambigüedades, durante toda la campaña de cara a conquistar el Elíseo. Desde el principio se ha mostrado partidaria de una Francia hermética, fuera de la UE y con exhaustivos controles en las fronteras.

Una eventual victoria de Le Pen podría revertir así décadas de integración europea. La ultraderechista ha prometido nuevas barreras para proteger a los trabajadores franceses y reprimir la inmigración para romper con la "globalización salvaje". Y aunque ya no garantiza retirarse del euro -todo dependerá de las negociaciones que entable con la UE si es elegida, ha señalado- pretende recuperar el franco ("protege mejor los ahorros de los franceses") pero no acierta a explicar cómo convivirían las dos monedas y con qué se pagarían las importaciones.

Le Pen pretende darle libertad a Francia y devolverle a los franceses la palabra y su dinero, "porque desde hace muchos años la política social y fiscal empobrece a las clases medias y populares, enriquece a las multinacionales y dilapida los fondos públicos a través de una inmigración descontrolada", llegó a asegurar.

Las tres grandes reformas de Macron

Emmanuel Macron es un europeísta convencido, quizá el mayor que nunca haya tenido Francia, progresista y reformista. Las propuestas de Macron tienen guiños a la izquierda y a la derecha, y se aleja de los excesos de la ultraderecha.

"Ella (en referencia a Marine Le Pen) quiere segregar a Francia, romperla en dos", señalaba Macron el pasado 27 de abril. "Mi proyecto pretende reconciliar a estas Francias porque todos somos franceses".

Busca esta reconciliación con tres grandes reformas: laboral, basada en un nuevo marco de relaciones laborales más flexible; paro, con ayudas que se abrirán a autónomos y trabajadores que quieren cambiar de trabajo, y pensiones, con un modelo más justo que el actual en el que cada euro cotizado genere el mismo derecho a la pensión para todos.