Un jueves 3 de mayo de 2007, Madeleine McCann, de tres años, desaparecía de uno de los apartamentos del resort del Algarve portugués Ocean Club. Desde entonces, sus padres, que llegaron a ser declarados culpables de la desaparición de su primogénita, han mantenido su habitación de la residencia familiar en Leicestershire igual que estaba hace una década y han ido sumando los regalos de cumpleaños y de Navidad sin abrir, símbolo de la inquebrantable convicción del regreso de la pequeña.

Las vidas de Kate, médico de familia en Melton Mowbray, y de Gerry dieron un vuelco desde aquél día. La madre abandonó su trabajo y se dedicó a cuidar a los mellizos Sean y Amelie. El tiempo que le resta lo dedica a dos de sus grandes pasiones: el fitness y las sesiones de canto con el Coro de Personas Desaparecidas, en el que están involucrados progenitores que no tienen noticias de sus vástagos desde hace años. Por su parte, el padre compagina las clases como profesor de Cardiología en la Universidad y su trabajo en el Glenfield General Hospital, donde es un cardiólogo de renombre internacional.

Este triste aniversario llegará poco después de que Scotland Yard haya confirmado una nueva pista de investigación, un testigo que podría aportar información clave para saber qué le pasó a la niña. "Hay un empleado, alguien que trabajó dentro del complejo que tiene algún conocimiento que puede ser de ayuda", dijo Colin Sutton, ex agente de policía que investigó el caso. Además, el agente está convencido que los restos de la pequeña están ocultos en algún lugar de Praia da Luz.

Asimismo, se ha sabido que entre 2004 y 2010, en un radio de 60 kilómetros a la redonda tomando como punto central el complejo hotelero portugués, se registraron 12 crímenes en los que un intruso se introducía en propiedades de británicos. En seis de esas intromisiones hubo abusos sexuales a niñas en sus propias camas.

Los acontecimientos de aquel jueves 3 de mayo de 2007 han estado sujetos a todo tipo de especulaciones en esta última década, pero solo hay una evidencia clara: dos días antes de su regreso al Reino Unido, Madeleine desapareció de su cama mientras sus padres comían con unos amigos en un restaurante cercano al apartamento y que se encontraron restos de sangre en el piso y en el vehículo alquilado por el matrimonio.