El Comité de Instrucción de Rusia (CIR) informó este martes de que un terrorista suicida pudo activar la bomba que mató el lunes a 14 personas en un vagón del metro de San Petersburgo.

"El artefacto explosivo pudo ser activado por un hombre, cuyos restos se encontraron en el tercer vagón del tren. Su identidad ha sido establecida", dijo Svetlana Petrenko, portavoz del CIR, a medios locales.

Se trata de Akbarzhon Dzhalílov, nacido el 1 de abril de 1995, informó Svetlana a medios locales. Además, explicó que, según los análisis genéticos y las imágenes de las cámaras de seguridad, Dzhalílov fue también el que colocó un segundo artefacto explosivo en otra estación del metro de la antigua capital zarista, "Ploschad Vosstania", que fue desactivada por la policía.

"Los criminalistas han hallado rastros genéticos de Dzhalílov en el bolso colocado en la estación de metro 'Ploschad Vosstania' en el que se encontró el artefacto explosivo", señaló la portavoz del CIR.

Dzhalílov, que trabajaba en un garaje de reparación de coches en San Petersburgo, nació en Kirguizistán, pero recibió en 2011 la ciudadanía rusa.

Anteriormente, Petrenko ya había informado de que la explosión podía haber sido provocada por un terrorista suicida y que "el artefacto explosivo pudo ser activado por un hombre cuyos restos se encontraron en el tercer vagón del tren".

Previamente, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró que se baraja la posibilidad de que el atentado fuera cometido por un terrorista suicida, como ocurriera en los perpetrados en 2010 por "viudas negras" en el metro de Moscú, donde murieron 34 personas.

Medios locales informaron el lunes de que en las inmediaciones del vagón siniestrado se había encontrado la cabeza de la persona que llevaba los explosivos adheridos a su cuerpo.

Caos en el metro de San Petersburgo tras el atentado

Caos en el metro de San Petersburgo tras el atentado

Caos en el metro de San Petersburgo tras la explosión. Vídeo: Atlas

Un kirguí, el presunto culpable

Los servicios secretos de Kirguistán informaron este lunes de que todo apunta a que un ciudadano oriundo de esa república centroasiática podría ser el autor del atentado.

El sospechoso del atentado nació en Kirguistán , pero recibió posteriormente la ciudadanía rusa. Precisamente, este asunto fue abordado este lunes en Moscú por el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y su colega kirguís, Erlan Abdildáev, quien condenó firmemente el atentado.

Con todo, Abdildáev consideró prematuro asegurar que dicho terrorista era miembro del Estado Islámico, a lo que Lavrov añadió que es "cínico" calificar el atentado de "venganza" por la intervención rusa en Siria.

"El terrorismo es un crimen contra toda la humanidad y contra todas las religiones", dijo el ministro ruso, quien llamó a aunar fuerzas contra el terrorismo internacional y dejar de utilizar a grupos que lo practican para lograr réditos políticos.

En prevención de nuevos atentados, las autoridades han reforzado las medidas de seguridad en toda la ciudad, al igual que en la capital del país, sea en los nudos de transporte o en edificios públicos, como en plazas, escuelas o guarderías.

Crece el número de fallecidos

El ministerio de Sanidad de Rusia elevó este martes a 14 el número de muertos en el atentado terrorista ocurrido el lunes en el metro de San Petersburgo, donde más de medio centenar de personas resultaron heridas.

"A día de hoy podemos constatar la muerte de 14 personas: once en el lugar del siniestro y tres a consecuencia de las heridas", dijo Veronika Skvortsova, ministra de Sanidad, a la prensa.

Explicó que durante la noche los servicios de emergencia localizaron restos de otras cuatro víctimas de la explosión, lo que elevó hoy de diez a catorce el saldo mortal del atentado.

Además, 49 personas aún se encuentran ingresadas en hospitales de la antigua capital zarista con heridas y quemaduras de diversa consideración, mientras 13 de los heridos ya han sido dados de alta.

En prevención de nuevos atentados, las autoridades han reforzado las medidas de seguridad en toda la ciudad, al igual que en la capital del país, tanto en los nudos de transporte como en edificios públicos, plazas, escuelas o guarderías.

Rusia vuelve a ser golpeada

El terrorismo volvió a golpear este lunes con saña a Rusia con un atentado con bomba en el metro de San Petersburgo, que causó al menos once muertos y decenas de heridos, justo cuando el presidente ruso, Vladímir Putin, se encontraba en la ciudad.

El atentado ocurrió poco antes de las 15:00 hora local (12:00 GMT) del lunes, en una jornada en la que se reanudaba el curso escolar tras las vacaciones primaverales en Rusia.

Aunque al principio se informó sobre dos explosiones, el Comité Nacional Antiterrorista (CNA) aseguró en un comunicado que la explosión ocurrió entre dos céntricas estaciones -"Tejnologuicheskiy Institut" y "Sennaya Ploschad"- de la línea azul del metropolitano.

"El maquinista del tren en uno de cuyos vagones tuvo lugar la explosión actuó sensatamente en una situación complicada. La explosión ocurrió entre dos estaciones, pero él tomó la decisión absolutamente correcta de no parar el convoy hasta llegar a la estación", informó Svetlana Petrenko, portavoz del Comité de Instrucción. Eso, según la funcionaria, "permitió comenzar la evacuación inmediatamente y ayudar a los heridos".

La explosión causó una gran humareda, lo que obligó a evacuar a un gran número de pasajeros en ambas estaciones, dos de las más concurridas de la ciudad, tras lo que las autoridades optaron finalmente por cerrar todo el metro hasta el día siguiente.

En las primeras imágenes divulgadas por los medios de comunicación se veían varios cuerpos ensangrentados tendidos frente a un vagón del metro con las puertas arrancadas de cuajo debido a la onda expansiva.

Además, otro artefacto explosivo casero fue desactivado por los artificieros en la estación de metro "Ploschad Vosstania", junto a la principal estación de trenes de la ciudad (Moskovskiy).

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Ese artefacto, que fue colocado dentro de un extintor, tenía una potencia de un kilogramo de trilita, varias veces mayor que el que explotó, según fuentes oficiales.

La Fiscalía General rusa incoó un caso penal por terrorismo después de que Putin asegurara públicamente que la principal hipótesis es un atentado terrorista, aunque el Comité de Instrucción aseguró que aún no se descarta ninguna versión.

"Naturalmente, siempre analizamos todas las variantes, accidental, criminal y, desde luego, que tenga carácter terrorista", afirmó Vladimir Putin.

Putin se encontraba en San Petersburgo

El atentado ocurrió este lunes cuando el jefe del Kremlin intervenía en San Petersburgo, su ciudad natal, en un foro de medios de comunicación organizado por su plataforma electoral, en el que aseguró que "la democracia parlamentaria tiene muchos defectos".

Algunos políticos rusos consideraron que no es casual que el atentado coincidiera con la presencia en la ciudad del líder ruso, que ha instado en numerosas ocasiones a los países occidentales a forjar un frente común contra el terrorismo.

"El lugar y el momento de la explosión no fue elegido al azar. En la ciudad se encontraba el presidente, se celebra un foro de medios de comunicación y hay muchos periodistas", declaró Víctor Ózerov, el jefe del comité de Defensa y Seguridad del Senado ruso.

El líder del parido Rusia Justa, Serguéi Mirónov, aprovechó el atentado para exigir el restablecimiento de la pena de muerte para los terroristas.

Las autoridades locales decidieron reforzar la seguridad en el aeropuerto de Púlkovo y en el resto de nudos de transporte de San Petersburgo, al igual que en los lugares de mayor concentración de gente, escuelas y guarderías.

Lo mismo han hecho las autoridades de Moscú, cuyo metro fue objeto en 2010 de dos atentados suicidas que causaron más de una treintena de muertos y que fueron cometidos por dos "viudas negras" de origen chechén.

Los últimos atentados terroristas en suelo ruso fueron cometidos por la guerrilla islamista de Chechenia, república caucásica rusa cuyo presidente, Ramzán Kadírov, calificó la explosión de hoy como "monstruosa".

Mientras, el grupo yihadista Estado Islámico acabó en octubre de 2015 con la vida de 217 turistas rusos al volar por los aires un avión de pasajeros poco después de que despegara de Egipto.

Los últimos atentados terroristas de gravedad ocurridos en territorio ruso tuvieron lugar en diciembre de 2013 en una estación de tren y un trolebús en Volgogrado, antigua Stalingrado, donde dos suicidas mataron a 34 personas.