Un emigrante sirio murió al hacer estallar una carga explosiva y causó 15 heridos en un bar de la localidad de Ansbach, según informó las autoridades de Baviera.

La policía alemana investiga la posibilidad de que la explosión sea un atentado islamista.

De hecho, el refugiado tenía en su teléfono móvil y en su ordenador vídeos de contenido yihadista, entre ellos al menos uno en el que juraba lealtad a Estado Islámico, según el ministro del Interior bávaro, Joachim Herrmann.

El terrorista, cuya identidad no ha trascendido, jura lealtad al líder de la organización terrorista Estado Islámico, Abu Bakr al Baghdadi, si bien no existen indicios que confirmen la implicación de algún grupo internacional en este atentado. Asimismo, amenaza en árabe con cometer atentados.

Las autoridades se han incautado de numerosas pruebas en un registro de la vivienda del autor y, de esta forma, han podido confirmar la motivación terrorista del incidente. Según Herrman, el atacante pretendía causar más víctimas y no ser el único fallecido.

Entre los materiales incautados figura también material con el que habrían podido fabricarse otras bombas, informa el periódico 'Die Welt'. Las fuerzas de seguridad no han confirmado de momento que existan otros cómplices.

El ministro de Interior de Baviera explicó en rueda de prensa que el hecho de intentar matar a más personas en la detonación, en las cercanías de un festival de música al aire libre, apunta en esa dirección. Según se ha sabido, el atacante quiso entrar en el recinto de conciertos, pero le fue negada la entrada.

El político bávaro indicó, además, que el caso será abordado en la reunión que mantendrá este lunes la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) -partido gobernante en ese Land, donde se estudiarán posibles medidas sobre la política de asilo para evitar abusos.

El presunto autor del ataque era un sirio de 27 años, que había solicitado asilo en el país y le había sido rechazado.

"Según el estado actual de la investigación, el muerto era un sirio de 27 años que llegó a Alemania hace dos años y que solicitó asilo en el país", ha indicado el ministro en una rueda de prensa ofrecida tras la explosión y recogida por el diario local 'NordBayern'.

"Su solicitud de asilo fue rechazada el año pasado", ha añadido, si bien ha indicado que se le habría ofrecido un "permiso" de residencia, debido a la situación de su país natal, y que desde entonces había vivido en Ansbach.

Según la información a la que ha podido acceder el ministro bávaro, el presunto autor de la explosión ya se había intentado suicidar en dos ocasiones, y había pasado cierto tiempo en una clínica psiquiátrica.

Una fuente de la Inteligencia de Estados Unidos, que ha preferido mantenerse bajo anonimato, ha indicado a la agencia Reuters que los investigadores alemanes se centrarán en lo que el presunto autor del ataque "hacía antes de dejar Siria", "por qué se le denegó el asilo y si el ataque fue personal o con carácter político".

Durante su intervención, el ministro bávaro de Interior ha afirmado que todavía se desconocen los motivos del ataque, al igual que su intención. "No sabemos en este momento si el criminal ha actuado puramente con una intención suicida o si su intención era matar a más gente", ha afirmado.

Por su parte, el jefe de la Policía, Roman Fertinger, ha confirmado que las autoridades han hallado "piezas metálicas" dispersas en la zona de la explosión, y ha advertido de que si bien no se puede excluir que se trate de un "extremista radical", no hay pruebas que confirmen esta postura.

Herrmann se ha mostrado profundamente "apenado" tras los acontecimientos de Ansbach en lo que ha definido como "el final de una semana más que difícil" para el país.

Ansbach, una ciudad del sur de Alemania

En Ansbach se celebraba un festival de música al aire libre al que asistían alrededor de 2.500 personas y que fue suspendido por el atentado.

Una semana de violencia en Alemania

La explosión de Ansbach se produce en una semana en que Alemania ha sido sacudida por sucesivos actos violentos, el primero de los cuales, el lunes, el ataque con un hacha y un cuchillo de un refugiado afgano de 17 años a los pasajeros de un tren regional, con cinco heridos graves y el agresor abatido por la policía.

El viernes, se activó la alarma antiterrorista en la capital del Land, Múnich, tras abrir fuego un joven germano-iraní de 17 años, que mató a nueve personas antes de suicidarse acorralado por la policía.

A ese tiroteo no se le atribuye un trasfondo islamista, sino que se considera un acto de locura homicida, por parte de un joven que había recibido tratamiento por depresión, que estaba obsesionado por otros baños de sangre y que al parecer trataba de vengarse de algunos compañeros de escuela.

En medio del pánico desatado por esa sucesión de ataques, se produjo asimismo en Reutlingen, en el vecino Land de Baden Württenberg lo que aparentemente fue un caso de violencia de género, al matar un sirio de 21 años a una mujer con un machete, y dejar además a dos personas heridas.