Más de tres millones y medio de niños sirios -uno de cada tres- nació en zona de guerra desde que el conflicto en Oriente Medio empezara hace ya cinco años, de acuerdo con el informe difundido por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

"Mientras la guerra continúa, los niños están luchando una guerra de adultos, siguen abandonando las escuelas y muchos son forzados a trabajar, mientras que las niñas se ven presionadas a casarse a temprana edad", indicó en un comunicado el director regional de Unicef en Oriente Medio y el Norte de África, Peter Salama.

El estudio, "No place for children" (No es lugar para niños), apunta que cerca de 8,5 millones de niños, más del 80 % de niños sirios, se ven afectados por el conflicto, ya sea dentro del país o como refugiados.

Según la agencia de las Naciones Unidas, unos 306.000 niños nacieron como refugiados desde 2011 y muchos de ellos lo hicieron en los países vecinos con Siria (Turquía, Líbano, Jordania e Irak), donde el número de refugiados es hasta diez veces mayor ahora que en 2012.

Bajo estas circunstancias, el colectivo infantil está sufriendo problemas de malnutrición, higiene básica, seguridad y extrema pobreza, denuncia Unicef.

La desprotección de los pequeños llevó a la agencia a registrar hasta 1.500 violaciones de los derechos de la infancia en 2015, el 60 % de las cuales fueron casos de muerte o mutilación como resultado de las explosiones de bombas en zonas pobladas.

El informe revela que en 2015 murieron 400 niños en Siria y los países vecinos, mientras que 500 sufrieron algún tipo de mutilación.

Otro problema que afecta directamente a los jóvenes sirios es el acceso a una educación digna.

El documento estima que más de 2 millones de niños dentro de Siria, y 700.000 refugiados de corta edad, no pueden asistir a la escuela. De hecho, el informe revela que el último año 40 escuelas fueron atacadas y más de 6.000 centros docentes no están operativos.

Unicef aprovechó la difusión del informe para pedir la ayuda económica y el compromiso moral de la comunidad internacional en cinco aspectos "críticos" que ayuden a salvaguardar a la generación de niños que está viviendo su infancia en zonas de conflicto armado.

La agencia pide terminar con las violaciones de los derechos de la infancia; levantar los sitios y mejorar el acceso humanitario dentro de Siria; un fondo de 1.400 millones de dólares para garantizar la educación de los niños; restablecer la dignidad de los pequeños y convertir las promesas de financiación en verdaderos compromisos que se cumplan.

En este sentido, Unicef lamentó haber recibido "solo un 6 % de la financiación requerida para 2016 para ayudar a los niños sirios, tanto dentro como fuera del país".

La agencia de la ONU para la infancia pidió para este 2016 más de 1.000 millones de dólares y sólo ha recibido 74 millones.

De hecho, los fondos que Naciones Unidas considera necesarios para ayudar a la infancia en el territorio aumentan año tras año: en 2012 se pidieron 120 millones; 470 en 2013; 770 en 2014 y el año pasado Unicef pidió 903 millones para cubrir las necesidades básicas de los niños.