El Gobierno de la canciller Angela Merkel respondió hoy con sangre fría al atentado de este martes en el corazón de Estambul, cuyas víctimas mortales fueron turistas alemanes, pero insistió en no considerarlo un ataque intencionado contra Alemania, pese a su renovada alianza política con Turquía. No hay indicios de que el objetivo directo del atentado fuera Alemania, aseguró el ministro del Interior alemán, Thomas de Maizière. desplazado.

Las autoridades turcas han detenido hasta ahora a cinco personas que se creen están directamente vinculadas con el atentado. Así lo confirmó hoy el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, en rueda de prensa, al señalar que se habían producido cuatro detenciones tras la realizada ya anoche, anunciada esta mañana. Davutoglu confirmó que el responsable del atentado, identificado por el Gobierno como un sirio de origen saudí, nacido en 1988, "había entrado en Turquía como un refugiado normal".

Esta persona no constaba en ningún registro de sospechosos de terrorismo ni local ni de otros países con los que Turquía intercambia información, acotó Ala.

Relató que se hallaba junto a un grupo de 20-25 alemanes cuando escuchó un "clic" y observó que el hombre activaba un mecanismo, por lo que ella gritó en alemán "salid corriendo", evitando así una mayor masacre, observa el citado diario. El Gobierno turco acusó el martes al grupo yihadista Dáesh (acrónimo en árabe de Estado Islámico) de ser responsable del atentado, algo que Davutolgu reiteró hoy una vez más.

Todas las víctimas eran integrantes de un grupo de 33 turistas llegados a Turquía en un viaje organizado por la agencia berlinesa Lebenslust y se encontraban en el momento del atentado suicida en la plaza Sultanahmet, un lugar muy turístico por la cercanía de la Mezquita Azul, el Palacio Topkapi y la iglesia bizantina de Santa Sofía.

Tanto la portavoz de Exteriores como su colega de Interior, Johannes Dimroth, y el del Gobierno, Steffen Seibert, declinaron hacer valoraciones acerca de la presunta autoría de grupo yihadista Estado Islámico (EI), así como las informaciones brindadas por Turquía sobre la identidad del terrorista suicida, supuestamente un peticionario de asilo sirio.

Los tres insistieron en que no disponen de información propia al respecto, lo que se espera lograr gracias al trabajo que realice un equipo de cuatro agentes de la Oficina de Investigación Criminal (BKA) desplazados a Estambul.

El atentado de ayer será "capítulo importante", dijo Seibert, en la cumbre bilateral prevista para el 22 de enero, que inicialmente iba a centrarse en la apuesta de Merkel por una alianza estratégica con Turquía como clave para frenar la oleada de refugiados a Europa.

Merkel, que no ha encontrado apoyos efectivos en la Unión Europea en su búsqueda de soluciones a la acogida de refugiados, optó por acercarse al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, visto que Turquía sí está dispuesta a atenderlos en su territorio, a cambio de ayuda financiera y política.

La perspectiva de que Alemania -que aporta a la lucha contra EI sus aviones de reconocimiento Tornado- se haya convertido en objetivo directo del terrorismo en suelo turco sería un problema añadido para la canciller, sometida desde hace meses a fuertes presiones por la incesante llegada de refugiados a Alemania.