El exmagnate ruso Mijaíl Jodorkovski, excarcelado recientemente tras pasar diez años en prisión en Rusia, llegó este domingo a Suiza, país que le ha concedido un visado Schengen válido durante tres meses y donde sus hijos están escolarizados, según un comunicado de la familia.

"El propósito de su visita es familiar. Él y su mujer acompañan a sus hijos, que vuelven al colegio en Suiza", informó en una nota la agencia de comunicación Creafactory, en nombre de la familia.

Jodorkovski llegó alrededor de las 18.45 hora local (17.45 GMT) a la ciudad suiza de Basilea en tren desde Berlín, donde inició los trámites para obtener este visado el pasado 24 de diciembre en la legación helvética, tras ser puesto en libertad en Rusia cuatro días antesser puesto en libertad en Rusia cuatro días antes.

El exmagnate llegó a Suiza acompañado de su esposa Inna y de sus hijos, que, según la prensa suiza, viven en el país, cerca de la localidad de Montreux.

Otros medios señalan que la esposa de Jodorkovski tiene una casa en Ginebra, donde operaban varias de sus compañías, incluida la petrolera Yukos.

Según el comunicado difundido este domingo, Jodorkovski no ha decidido aún en qué ciudad suiza residirá estos meses o si se instalará en el país de forma permanente.

El visado concedido le permite viajar durante tres meses por todos los países de la zona Schengen sin fronteras (la mayoría de los países de la Unión Europea y otros como Suiza), aunque también se beneficia de un permiso de un año emitido por Alemania, donde pasó las Navidades con su familia tras su excarcelación el 20 de diciembre.

En el comunicado, los familiares de Jodorskovski dan las gracias a Suiza al "proporcionales esta oportunidad para disfrutar de un tiempo especial juntos".

"Mijaíl Jodorkovski agradece las posiciones de principio adoptadas por las autoridades suizas a lo largo de los muchos años de su injusto encarcelamiento. Las autoridades judiciales suizas enseguida reconocieron la naturaleza política de su encarcelamiento", indica la nota.

Jodorkovski abandonó el 20 de diciembre la prisión de Rusia en la que estaba desde hacía diez años y en la que ingresó por acusaciones de delitos económicos al frente de la petrolera Yukos, de la que era dueño y que le había convertido en el hombre más rico del país.

Fue arrestado en 2003 y declarado culpable en 2005 y 2010 por los cargos de evasión de impuestos, fraude, robo de petróleo y lavado de dinero.

Su puesta en libertad, pocos meses antes de cumplir su condena, fue posible por un indulto que le concedió el presidente ruso, por razones humanitarias.

Muchos observadores consideran a Jodorkovski un preso político, que acabó encarcelado por enfrentarse a Putin, mostrar independencia respecto a su poder político y financiar partidos de oposición.

Dos días después de su llegada a la capital alemana tras su puesta en libertad, Jodorkovski protagonizó una concurrida conferencia de prensa en el Museo del Muro de Berlín en la que recordó a los presos políticos que sigue habiendo en su país.

Jodorkovski descartó allí que considere entrar en política, pese a que en su última etapa al frente de Yukos financió a la oposición, y añadió que tampoco piensa regresar a la actividad empresarial.

En su comparecencia reiteró su inocencia respecto a los cargos por los que fue condenado a prisión y aseguró que la petición de clemencia a Putin no incluía una confesión.

Aunque su situación económica no está clara, se estima que le ha quedado suficiente dinero de la fortuna que llegó a acumular para garantizar su subsistencia.