El presidente estadounidense, Barack Obama, fue informado por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) en 2010 del espionaje al móvil de Angela Merkel, no pidió suspender el programa y llegó a solicitar un informe completo sobre la canciller, según publica el periódico Bild am Sonntag.

El rotativo, que cita fuentes de los servicios secretos de EEUU, el rotativo explica que fue el director de la NSA, Keith Alexander, quien informó personalmente a Obama.

Estas fuentes contradicen el mensaje que el presidente de EEUU trasladó el miércoles a la canciller, al estallar el escándalo, cuando, según los medios locales, garantizó a Merkel que no tenía conocimiento del espionaje y que, de haberlo sabido, lo habría parado.

Alemania ha anunciado ya que enviará en los próximos días una delegación "de alto nivel" a Estados Unidos para recabar datos de la Casa Blanca y de los servicios de inteligencia.

"Espiar es un delito y los responsables deben responder de ello", subraya en una entrevista en el mismo periódico el ministro alemán de Interior, Hans-Peter Friedrich, quien viajó este verano a Washington para entrevistarse con la administración Obama tras publicarse informaciones sobre un presunto espionaje masivo a ciudadanos alemanes, gobiernos e instituciones de la Unión Europea.

"Si los estadounidenses han pinchado teléfonos en Alemania, han infringido la ley alemana en territorio alemán, lo que supone violar nuestra soberanía y resulta inaceptable", recalca Friedrich.

Según el Bild am Sonntag, la NSA no sólo espió el móvil del partido que usó Merkel hasta el pasado mes de julio, como se había señalado hasta ahora, sino que llegó a pinchar el teléfono aparentemente seguro que empezó a usar este verano.

La información recopilada en la cuarta planta de la Embajada estadounidense en Berlín -donde trabajan 18 agentes de la NSA- se enviaba directamente a la Casa Blanca, sin pasar primero, como es habitual, por la central de la agencia en Fort Meade (Maryland).

Según publica el semanario Der Spiegel, el móvil de Merkel aparece en la lista de objetivos de la NSA desde 2002, tres años antes de que ganara las elecciones.

Ese año comenzó también el espionaje al entonces canciller, Gerhard Schroeder, según las informaciones del Bild am Sonntag.

El programa se puso en marcha bajo el mandato del presidente George W. Bush, cuando Schroeder rechazó que tropas alemanas participaran en la guerra de Irak.