Al menos 38 personas han muerto y 23 han resultado heridas como consecuencia del accidente de un autobús de pasajeros que se produjo ayer domingo entre las localidades de Nápoles y Canosa (en la región de Campania, en el sur de Italia), según un nuevo balance de las autoridades.

El accidente pudo deberse al reventón de una rueda, tras el cual el conductor perdió el control del autobús e impactó con otros vehículos antes de precipitarse al vacío a un altura de entre 25 y 30 metros desde un viaducto situado cerca de la ciudad de Avellino.

Los ocupantes del autobús eran un grupo amigos que solían hacer excursiones y peregrinaciones juntos y que habían habían pasado el fin de semana en las Termas de Telese y un día de descanso en Pietralcina, cerca de Nápoles.

El prefecto de Avellino, Umberto Guidato, ha informado de un balance de 38 muertos y diez heridos (casi todos de gravedad), pero el ministro de Infraestructuras y Transportes, Maurizio Lupi, ha elevado el balance de fallecidos a 39, del total de 48 personas que viajaban en el autobús, según la agencia de noticias ANSA.

Aparte, se han registrado al menos 14 heridos leves entre los ocupantes de otros vehículos afectados. La Fiscalía ha abierto una investigación por posible homicidio doloso. El conductor figura entre las víctimas mortales.

En el vehículo viajaban seis niños, que han sobrevivido "milagrosamente", según ANSA. Los menores han sido ingresados en los hospitales de Santobono, en Nápoles, dos de ellos en estado muy grave.