La policía desalojó este sábado de forma fulminante la céntrica plaza de Taksim en Estambul y el adyacente parque Gezi con cargas y el empleo de abundante material antidisturbios, como cañones de agua y gases lacrimógenos, según constató EFE.

Los antidisturbios lanzaron salvas de gas lacrimógeno y varias cargas sucesivas que hicieron huir a los acampados del parque, símbolo de las mayores revueltas antigubernamentales en el país en la última década.

La gobernación de Estambul informó de que por ahora hay 29 personas hospitalizadas, ninguna de ellas en estado crítico, a causa del desalojo.

Un escueto comunicado de la oficina del gobernador estambulí, Huseyin Avni Mutlu, no ofrece más detalles sobre las consecuencias de la operación policial en el centro de la ciudad.

Hüseyin Celik, portavoz del partido gubernamental de tendencia islamista moderada, declaró a la prensa tras la operación policial: "Si Turquía no fuera un país democrático, esto no habría continuado durante 19 días. La paciencia tiene un límite".

"Deben de entender (los manifestantes) que a pesar de nuestra buena voluntad, el Gobierno tiene la responsabilidad de dirigir un Estado", agregó.

Según los medios de comunicación locales, operarios de limpieza ya han empezado a desmontar con ayuda de excavadoras las tiendas de campaña, carpas y casetas que los "indignados" turcos habían levantado en los días en los que ocuparon el recinto.

Los policías se emplearon sin contemplaciones y utilizaron también pulverizadores a presión de gas pimienta de forma indiscriminada entre los presentes, entre ellos familias al completo y la prensa que cubría el desalojo.

Cientos de antidisturbios entraron a la zona verdes desde la plaza Taksim, mientras que los manifestantes salieron a la carrera por el lado opuesto del parque entre escenas de pánico.

De forma paralela otros agentes cargaban en los aledaños de la plaza y las calles adyacentes al parque, lo que generó una gran confusión entre las miles de personas que estaban en la céntrica zona de Estambul.

El desalojo se produjo horas después de que el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogán, advirtiera que la Policía desalojaría por la fuerza a quienes siguieras ocupando mañana el parque Gezi.

"Lo digo abiertamente. Si mañana no está vacío (el parque), las fuerzas de seguridad lo vaciarán. Este Estado no es vuestro juguete", anunció Erdogan en un mitin en Ankara de su partido, el islamista moderado AKP.

Los "indignados" turcos decidieron a primeras horas del día que continuarían su "resistencia contra todo tipo de injusticias" y mantendrían la ocupación del parque, símbolo de unas protestas que se extendieron por toda Turquía y han dejado tres manifestantes muertos y más de 5.000 heridos.