El primer ministro egipcio, Hisham Qandil, abandonó la franja de Gaza tras una visita de unas tres horas en la que pasó por el hospital Shifa en compañía de su colega de Hamás, Ismail Haniye, y en la que no se respetó el acuerdo de tregua temporal acordado por las partes.

Qandil, que abandonó la zona después de los rezos del mediodía, fue testigo de los enfrentamientos entre Israel y las milicias palestinas porque la tregua que debieron haber respetado se rompió casi desde un principio.

Mientras se encontraba en el hospital, el portavoz del Ministerio de Sanidad de Hamás, Ashraf al Qidra, denunció que Israel mató a un joven de 19 años e hirió a otras tres personas en un ataque aéreo en el norte de Gaza.

"Ellos no han dejado de disparar y nosotros tenemos que responder", indicó a Efe el comandante Arie Shalicar, portavoz del Ejército israelí al acusar a las milicias de la franja de vulnerar el alto el fuego.

Según el Ejército israelí, las milicias palestinas han lanzado más de 50 cohetes en el tiempo que duró la visita.

Sin embargo, otro portavoz militar israelí indicó a Efe que "no ha habido ataques en Gaza en las últimas cuatro horas", refiriéndose al período de tiempo que Qandil estuvo en la franja, a la que seguirán nuevas "visitas egipcias oficiales y no oficiales", según anunció.

"No podemos callarnos ante esta tragedia y todo el mundo tiene que asumir su responsabilidad. Israel tiene que respetar los tratados internacionales que ha firmado", agregó en una comparecencia ante los medios junto a Haniye.

El jefe del Gobierno egipcio señaló que su país "está al lado de sus hermanos en Palestina hasta que los palestinos acaben con la ocupación y establezcan su Estado independiente".

"Estamos tratando de lograr un alto el fuego duradero hasta que se logre una paz global y justa. Éste es el único camino para lograr tranquilidad y estabilidad en la región", agregó antes de "recordar a todo el mundo que Palestina es el único sitio del mundo bajo ocupación y bloqueo".

Subrayó además que su visita, la más importante efectuada a Gaza en los cinco años y medio que lleva controlada por Hamás, es una "muestra de solidaridad", pero también de "apoyo físico".

Qandil llamó además a las facciones palestinas a "unirse a poner fin a sus disputas y divisiones" porque "el poder del pueblo palestino procede de su unidad".

El primer ministro egipcio tuvo que contener las lágrimas al hablar de las imágenes que había presenciado en el hospital Shifa.

En un momento de la rueda de prensa, Haniye levantó el brazo a Qandil para mostrar los restos de sangre de un niño muerto en un ataque israelí, cuyo cadáver ambos habían levantado.

El jefe del Gobierno de Hamás tomó luego la palabra para agradecer esta "visita histórica" que definió como "coherente con la revolución egipcia".

"La visita es un mensaje a la ocupación. No vamos a dejar Gaza sola. Es un mensaje de solidaridad con el pueblo palestino. Estamos con vosotros. Triunfaremos y enfrentamos la agresión a nuestro pueblo a través de la resistencia de nuestro pueblo y a través de la acción de Egipto y de todos los líderes del mundo", añadió.

Haniye señaló que la "valiente" decisión de El Cairo "ha llegado al corazón de todos los palestinos" y exhortó a "todos los líderes del mundo árabe y musulmán a seguir los pasos de Egipto para parar esta agresión".

A su entrada a la franja, Qandil fue recibido por Ziad al-Zaza, viceprimer ministro del Ejecutivo en Gaza, ya que Ismael Haniye y otros dirigentes del movimiento islamista están escondidos por temor al Ejército israelí que el miércoles mató al líder del brazo armado de Hamás, Ahmed Yabari, y que inauguró la ofensiva militar.

Catorce responsables egipcios, entre ellos ministros, diputados y agentes de servicios secretos acompañaron a Qandil en la visita.