Las autoridades filipinas elevaron hoy a 21 el número de muertos causados por el tifón "Nesat", que cruzó ayer el norte de Filipinas y ya ha abandonado el archipiélago por el Mar de China Meridional en dirección a Vietnam.

Benito Ramos, director del Centro Nacional de Prevención de Desastres, aseguró que la cifra de muertos aumentará en las próximas horas.

Los servicios de rescate, que han salvado a 108 personas, trabajan a destajo para encontrar a los 35 desaparecidos durante el temporal, aunque las esperanzas de hallarlos con vida se diluyen con el paso del tiempo.

Las alertas por temporal se han rebajado en todo el país, pero el servicio filipino de meteorología (Pagasa) advirtió de que en las zonas más afectadas por las inundaciones el riesgo sigue siendo alto.

Poco a poco la electricidad va volviendo a los más de 1,9 millones de hogares que se quedaron sin suministro por culpa de la tempestad.

También ha recuperado la normalidad la capital, Manila, donde los servicios de limpieza llevan toda la jornada retirando los escombros y los árboles derribados por el vendaval.

Según las autoridades, 171.570 personas se vieron afectadas por el tifón en todo el país, de las que al menos 47.000 tuvieron que ser llevadas a los centros de evacuación previstos por el Gobierno.

Los expertos de las agencias internacionales identifican el chabolismo como el principal factor del gran número de víctimas que causan en Filipinas los desastres naturales y que evidencian el mal estado de las infraestructuras.