La diplomacia internacional ha recurrido a reuniones de urgencia, celebradas este domingo (madrugada del lunes en España) en Nueva York, en un último intento de relanzar las conversaciones bilaterales entre israelíes y palestinos para evitar así que la cuestión del reconocimiento al Estado palestino se vote esta semana en Naciones Unidas.

El encuentro más significativo es el que han mantenido el primer ministro de la Autoridad Palestina (AP), Salam Fayyad, y el ministro de Defensa de Israel, Ehud Barak, quien habría intentado convencer al 'premier' de resolver el conflicto en el ámbito bilateral, según ha informado el diario 'Jerusalem Post'.

También se han reunido la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, y la Alta Representante para Política Exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton. "Nos hemos reunido para hablar sobre el camino a seguir", ha dicho Clinton, negando que esto pueda considerarse un progreso.

Además, diplomáticos del Cuarteto para Oriente Próximo --integrado por Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y Naciones Unidas-- se han reunido en las últimas horas para analizar la situación, según ha informado un diplomático europeo.

Por su parte, el enviado especial del Cuarteto, el ex primer ministro británico Tony Blair, ha advertido de las consecuencias que podría tener dicho reconocimiento. "¿Es posible encontrar un camino que permita a los palestinos avanzar significativamente en la cuestión de la estatalidad sin que ello suponga el fin de las negociaciones?", ha cuestionado.

Esta semana, el presidente palestino, Mahmud Abbas, solicitará a la Asamblea General que reconozca a la Autoridad Palestina como Estado miembro de Naciones Unidas, algo que previsiblemente será aprobado. Posteriormente planteará esta petición al Consejo de Seguridad, donde es probable que Estados Unidos ejerza su derecho a veto para impedir su aprobación.

Israel se opone firmemente a que la cuestión sea tratada en Naciones Unidas. Sin embargo, las conversaciones iniciadas hace un año entre israelíes y palestinos permanecen suspendidas precisamente por la negativa de Tel Aviv a prorrogar la moratoria sobre la construcción de asentamientos en Cisjordania.