El presidente estadounidense, Barack Obama, ha hecho un llamamiento a la movilización de los ciudadanos para que presionen a los congresistas que les representan para que apoyen el plan de creación de empleo que ha presentado recientemente.

"Todo lo que hay en la Ley de Empleo son el tipo de ideas que hasta ahora han apoyado demócratas y republicanos. Y si son ideas con las que estáis también de acuerdo, cada uno de vosotros puede ayudar a hacerlas realidad pidiendo a vuestros congresistas que voten a favor de esta ley", ha apelado Obama en su discurso semanal por radio e Internet.

Obama ha advertido que muchos de los congresistas preferirán esperar un año, a que pasen las elecciones presidenciales, para sacar rentabilidad política de la difícil situación económica actual. "Pero la mayoría de los americanos no pueden permitirse el lujo de esperar", ha declarado.

"Es el momento de que la gente que habéis mandado a Washington ponga al país por delante del partido, de que dejen de preocuparse tanto de sus empleos y comiencen a preocuparse por los vuestros", ha apostillado.

Obama ha explicado las líneas generales de su plan, aunque ha aplazado hasta el lunes los detalles sobre cómo se financiará. Sí ha advertido de que los estadounidenses deben estar preparados "para pagar su parte correspondiente".

"El lunes daré detalles de mi plan sobre cómo haremos eso, cómo financiaremos este proyecto y pagaremos nuestra deuda siguiendo algunos principios básicos: asegurarnos de que vivamos dentro de nuestras posibilidades y pedir a todos que paguen su parte correspondiente", ha señalado Obama. El plan está cifrado en unos 447.000 millones de dólares (328.924 millones de euros).

Sin embargo, los republicanos, que controlan la Cámara de Representantes, ya han expresado su oposición a esta iniciativa y rechazan subir los impuestos.

"Washington se ha convertido en una fábrica de papeleo, con más de 4.000 leyes en ciernes, cientos de las cuales costarían a nuestra economía más de 100 millones de dólares anuales", ha advertido el miembro de la Cámara de Representantes Peter Roskam en el discurso semanal del Partido Republicano.