Los rebeldes libios, que desde este jueves se embarcaron en una nueva ofensiva contra los últimos enclaves gadafistas, han corrido suertes distintas en Sirte, donde han tomado posiciones dentro de la ciudad, y en Bani Walid, donde han acabado retrocediendo.

El miembro de la oficina política de la Alianza del 17 de febrero de Misrata, Mohamed Obeid, aseguró a Efe que "los rebeldes se han atrincherado en los alrededores de la calle Wadi Dogo", en el suroeste de Sirte, la ciudad natal del coronel Muamar al Gadafi.

Asimismo, la televisión nacional "Libia Hurra" aseguró que los combatientes habían tomado el aeropuerto de la ciudad y un cuartel de las tropas gadafistas en una zona cercana a la ciudad.

Por otra parte, según explicaron a Efe dos combatientes rebeldes, Ihab Ben Salim y Hamza Alwan, recién llegados a Trípoli del frente de Bani Walid, los milicianos se vieron obligados a retroceder después de haber entrado en la localidad, a 150 kilómetros al sureste de la capital, debido a la resistencia de las brigadas gadafistas.

Las fuentes aseguraron que los soldados gadafistas emplearon bombas de racimo, proyectiles de mortero y numerosos francotiradores situados en dos puntos elevados de la zona.

Salim y Alwan explicaron que al menos seis rebeldes han muerto en los combates y otros dos han resultado heridos de gravedad, y subrayaron que mañana por la mañana se reanudaría la ofensiva para intentar tomar la ciudad.

En su lucha, los rebeldes han vuelto a contar con el apoyo de la OTAN, que hoy informó de que sus aviones han atacado en las últimas 24 horas objetivos militares de las fuerzas gadafistas en las ciudades de Sebha y de Sirte.

Según un comunicado de la Alianza, en esa zona sus bombas destruyeron ocho sistemas de misiles aéreos, cuatro lanzacohetes, dos vehículos armados, un tanque y un almacén militar, en una jornada con más actividad de la habitual.