Los neoyorquinos recuperaron hoy el simbólico lugar del sur de Manhattan tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 con la apertura de las puertas al público del nuevo Memorial del 11-S en la antigua "zona cero".

"Éste es un lugar en el que nadie ha puesto un pie en 10 años. Es una mañana maravillosa", afirmó hoy a Efe el presidente del Memorial del 11-S, Joe Daniels, quien subrayó que el lugar para recordar a las víctimas de los atentados tiene un significado especial para los familiares, pero también es "para todos" los neoyorquinos.

Inaugurado formalmente este domingo en el marco de los actos centrales con motivo del décimo aniversario del 11-S, al que sólo asistieron los familiares de las víctimas, el Memorial abrió hoy sus puertas al público presidido por dos imponentes piscinas emplazadas en el lugar exacto donde se alzaban las Torres Gemelas.

A su alrededor están grabados en bronce los nombres de las 2.983 personas que murieron el 11-S en Nueva York, incluidos los miembros de los servicios de emergencia, y los fallecidos en el Pentágono, y en Pensilvania, así como los de los muertos en el primer atentado contra el World Trade Center en 1993.

Uno de los nombres inscritos en bronce en el Memorial es el de John Katsimatides, que aquella mañana trabajaba en las torres. Su hermana Anthoula no pudo esconder este lunes su emoción al ver que el lugar donde falleció su hermano hace ahora diez años está "tan lleno de vida".

"Fue un sitio caótico y oscuro, y ahora ha sido transformado en un espacio de belleza, gracia y luz", afirmó a Efe Katsimatides, cuya familia todavía no ha podido recuperar los restos de John, al igual que el 40 por ciento de los que perdieron a alguien en las Torres Gemelas por el atentado de la red terrorista islamista Al Qaeda.

Esta neoyorquina del barrio de Queens, ejecutiva de cuentas del mundo de la publicidad y reconvertida en actriz, productora y escritora tras el 11-S, dijo estar "encantada" de visitar el Memorial, un lugar cuya primera impresión le dejó una "alegría tremenda" y que le llena de "esperanza e inspiración".

Los responsables del Memorial optaron por no grabar los nombres en orden alfabético sino en nueve grandes grupos y distribuidos en función de las relaciones personales que había entre ellos, y varios dispositivos electrónicos situados en diferentes puntos del parque permiten localizar el lugar exacto de cada víctima.

"Los neoyorquinos, los estadounidenses y los turistas de todo el mundo tienen ahora un lugar bonito y digno para rendir tributo a la memoria de los 2.983 hombres, mujeres y niños que perdimos en los trágicos ataques del 11-S", afirmó el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, con motivo de la apertura.

El nuevo parque está poblado con un bosque de 400 robles en el que destaca un peral rescatado de entre los escombros de las Torres Gemelas, e incluirá también un museo cuyas obras siguen adelante y no se espera que estén concluidas hasta dentro de un par de años.

Según Daniels, el nuevo memorial se diseñó con la idea de "unir a la gente", y uno de sus arquitectos, Michael Arad, resaltó hoy el "poder extraordinario" que supone haberlo construido en el mismo lugar donde hace ahora diez años perdieron la vida casi tres mil inocentes.

"Como diseñadores, nuestro reto fue encontrar la manera de mostrar ese poder sin alterarlo, sin adornarlo o exagerarlo, simplemente dejar que saliera la historia del monumento", indicó a Efe el arquitecto.

La entrada es gratuita aunque los responsables del Memorial lanzaron en julio pasado un sistema de reservas por internet para quienes quieran visitarlo y hasta la fecha se han solicitado más de 400.000 pases en todo Estados Unidos y más de 70 países, y las entradas están agotadas en lo que resta de septiembre.

Las autoridades de Nueva York mantienen unas férreas medidas de seguridad en la apertura de este lugar simbólico de recuerdo de las víctimas de ese atentado, en prevención de que se puedan hacer realidad alguna de las amenazas creíbles, pero no confirmadas, detectadas por la seguridad estadounidense.