La policía italiana detuvo este jueves al empresario Giampaolo Tarantini y a su esposa, Angela Vevenuto, por un supuesto chantaje al primer ministro del país, Silvio Berlusconi, con motivo de sus de sus fiestas privadas con chicas, algunas de ellas supuestamente prostitutas.

Según informaron este miércoles los medios de comunicación italianos, los fiscales de Nápoles encargados del caso creen que Tarantini exigió supuestamente al primer ministro el pago de dinero para testificar que el mandatario desconocía que las jóvenes que acudían a sus fiestas eran prostitutas.

El escándalo por las fiestas en compañía de prostitutas celebradas en propiedades de Berlusconi salió a la luz cuando el 22 de junio de 2009 el diario "La Repubblica" informó de que la Fiscalía de Bari investigaba esas reuniones privadas por supuesta inducción a la prostitución.

Entre los implicados en esa trama figuraba Tarantini, quien supuestamente reclutaba a las jóvenes que asistían a las fiestas de Berlusconi en sus residencias de Roma y Cerdeña, entre ellas la prostituta de lujo Patrizia D'Addario.

Después de que estallara el escándalo, Berlusconi siempre sostuvo que desconocía que algunas de las jóvenes que acudían a su casa eran prostitutas.

La investigación de la Fiscalía de Nápoles sobre un supuesto chantaje al mandatario fue desvelada el pasado 24 de agosto a través del semanario "Panorama", que informó sobre la apertura de las pesquisas, aunque hasta el momento no había habido una confirmación oficial.

"Panorama", propiedad del grupo Mondadori, de Berlusconi, explicó que fiscales basaban su investigación en un supuesto ingreso a Tarantini de 500.000 euros y otras cantidades mensuales de las que tienen constancia solo a través de escuchas telefónicas.

Los investigadores, siempre según la publicación, sostienen que esos 500.000 euros pudieron servir para "convencer" a Tarantini para que pactara la condena en un caso en el que estaba imputado y evitar así que salieran a la luz escuchas telefónicas con detalles comprometedores sobre las fiestas en un juicio oral.

Supuestamente los otros ingresos, de carácter mensual, servían para que Tarantini mantuviera la misma versión de que el mandatario no sabía que algunas de las jóvenes que acudían a sus fiestas eran prostitutas, como aseguraba Berlusconi.

"Panorama" recogía además unas declaraciones de Berlusconi en las que negaba la extorsión y aseguraba que "tan solo ayudó a una persona y a una familia con niños que se encontraba en dificultades económicas".