El G8 ha sido acusado por la organización no gubernamental Oxfam de tratar de disimular su incumplimiento de las promesas de ayuda a los países más pobres que hicieron los miembros de ese grupo en su cumbre de 2005.

"Es vergonzoso que el G8 esté tratando de inflar artificialmente las cifras (de esa ayuda). Los documentos precocinados no van precisamente a servir de alimento a ningún africano", critica Max Lawson, de esa ONG dedicada a la ayuda al mundo en desarrollo.

Un borrador del informe que se presentará este mes en la cumbre del G8 en Deauville (Francia), el grupo de los ocho principales países industrializados afirma haber incrementado la ayuda anual al desarrollo en casi 49.000 millones de dólares entre 2004 y 2010, con lo que sólo faltarían 1.000 millones para cumplir el objetivo establecido en 2005 en la cumbre de Gleanagles (Escocia).

Ese borrador, filtrado al "Financial Times", está, sin embargo, en contradicción con los cálculos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), organismo intergubernamental que supervisa ese tipo de ayudas y cuyas cifras aceptan todos los gobiernos del G8 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia).

El comité de ayuda al desarrollo de la OCDE calcula en 19.000 millones de dólares la diferencia entre el dinero prometido y el finalmente desembolsado.

La diferencia se debe, según el diario, a que el borrador del G8 no tiene en cuenta la inflación, lo que hace aparecer como mucho más generosas las sumas desembolsadas simplemente porque los precios han aumentado entre 2004 y 2010.

Según el comité de finanzas del Desarrollo de Oxfam, que dirige Lawson, el G8 incumplió otras promesas hechas en 2005 por un margen aún mayor.

Así, en ese mismo período, los países donantes incrementaron su ayuda a África sólo en 11.000 millones de dólares frente a la promesa de hacerlo en 25.000 millones.

Siete de los quince países de la Unión Europea que acordaron también aumentar esa ayuda hasta un 0,51 % de su PIB tampoco estuvieron a la altura de su compromiso.

Mientras que países como Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá están más o menos en línea con lo entonces prometido, otros como Italia, Francia y Alemania han defraudado a los países pobres.

"No sorprende desgraciadamente que el primer ministro italiano, (Silvio) Berlusconi haya incumplido una vez más sus promesas, por lo que pedimos que se suspenda a Italia al menos provisionalmente del G8 por ese motivo", afirma Jamie Drummond, director ejecutivo de ONE, ONG contra la pobreza cofundada por el cantante Bono.

El caso de Francia, que se ha quedado a 3.000 millones de dólares de lo que prometió, es también sangrante, según el Financial Times, porque ese país preside este año tanto el G8 como el G20.

Alemania, un país con saneadas finanzas públicas, tampoco tiene excusas, dice el periódico, para haber gastado 4.000 millones de dólares menos en ayuda que lo prometido en la cumbre escocesa del G8.