España es ya partidaria de sancionar al presidente sirio, Bashar al Assad, por la represión que su régimen ejerce sobre los manifestantes pacíficos, a pesar de que el viernes pasado se opuso a incluirle en la lista de dirigentes del régimen que no pueden entrar en territorio europeo y a los que se les han congelado sus cuentas bancarias en Europa, han informado fuentes diplomáticas.

El Gobierno español se ha unido así a una mayoría de países de la UE favorable en la actualidad a castigar también a Bashar al Assad, una medida que los Veintisiete debatirán en una reunión a nivel de embajadores mañana en Bruselas que fuentes comunitarias prevén "muy intensa".

Expertos europeos se reunían hoy en Bruselas para empezar a discutir el dossier, pero las fuentes han garantizado que este jueves no se alcanzaría un acuerdo político.

Si mañana los embajadores tampoco alcanzaran un consenso, aún quedaría margen para adoptar sanciones contra el presidente de aquí a la próxima reunión de ministros europeos de Exteriores del 23 de mayo.

En todo caso, las fuentes han constatado que el grupo de Estados miembros a favor de aumentar la presión contra el régimen "está aumentando" porque la UE ve "que la puerta se está cerrando".

Los embajadores europeos decidieron el viernes pasado sancionar a trece dirigentes del régimen, pero no al presidente sirio, por la oposición, entre otros, de España y Alemania.

España prefería entonces, confirman fuentes diplomáticas europeas y españolas, sanciones "graduales" que permitieran mantener un canal de comunicación con el régimen sirio y favorecer así una respuesta positiva por parte de éste. En caso contrario, España no descartaba ir un paso más allá en las sanciones, pero siempre de forma gradual.

La represión del régimen sirio ayer contra manifestantes en las ciudades de Harra y Homs, contra los que dispararon los tanques y provocaron muertos, llevó a España, como a otros países, a considerar que había llegado el momento de castigar también a Bashar al Assad, explican fuentes diplomáticas, que confían en que las sanciones contra el presidente sirio sean una realidad no más tarde de la próxima semana.