Los expertos de las 27 autoridades nacionales de seguridad nuclear que trabajan en la metodología y los criterios de las pruebas de resistencia a las que serán sometidas todas las centrales nucleares de la Unión Europea se reunirán mañana en Bruselas con el objetivo de cerrar un acuerdo. La Comisión Europea presionará para que el factor humano de un atentado terrorista o el choque de un avión sea tenido en cuenta en los exámenes.

El presidente del Ejecutivo comunitario, Jose Manuel Durao Barroso, confía en que este jueves sea posible lograr un consenso y ha dejado claro a través de un comunicado que las pruebas de resistencia deberán incluir criterios "muy estrictos" y contemplar el "abanico más amplio" de escenarios.

Los tests han de ser completos e incluir una gama tan amplia como posible de escenarios, ya sean de (causa) natural o de origen humano", ha explicado en rueda de prensa una portavoz de Barroso. El presidente de la Comisión cree que las plantas europeas afrontara las normas "más estrictas" pero que hay que seguir "avanzando".

La propuesta que este jueves defenderá en la reunión el comisario de Energía, Günther Oettinger, se centrará en incluir el factor humano en los escenarios que se pongan a prueba en los test de estrés, con el objetivo de evaluar la resistencia de las 143 centrales nucleares que existen en territorio comunitario ante situaciones como un ataque terrorista o el choque de un avión.

También insistirá en que el resultado de las pruebas debe ser público, pese a las reticencias de varios Estados miembros, en especial en lo que respecta a datos sensibles como las medidas previstas por una central ante el riesgo de atentado. El comisario defenderá la importancia de garantizar la "transparencia", pero cree "evidente" que hay información que "no puede publicarse", según ha matizado su portavoz, Marlène Holzner, en rueda de prensa.

La portavoz ha recordado que las pruebas de resistencia cuyos criterios están aún por definir son de carácter voluntario y Bruselas no tiene competencia para obligar a las centrales a someterse a estas pruebas ni para forzar el cierre de una planta si no supera el examen. Con todo, la Comisión cuenta con el respaldo de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE que en su última reunión pidieron avanzar en esta línea.