La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha comunicado que la reliquia expuesta para la veneración de los fieles, con motivo de la beatificación de Juan Pablo II este domingo, es una pequeña muestra de su sangre insertada en un relicario que ha sido preparado por la Oficina de Celebraciones Litúrgicas del Vaticano.

El Vaticano ha precisado que "es necesario explicar brevemente el origen de esta reliquia" y ha declarado que en los últimos días de la enfermedad de Juan Pablo II, el personal médico realizó varias extracciones de sangre al Pontífice para poner a disposición en el Centro de Transfusiones del Hospital 'Bambino Gesú' en caso de que Karol Wojtyla necesitara de nuevo una trasfusión de sangre.

No obstante, ha relatado que no fue necesario realizar ninguna trasfusión al Pontífice, por lo que la muestra de sangre permaneció conservada en cuatro pequeñas ampollas. Dos de ellas se pusieron a disposición del secretario particular de Juan Pablo II, el ahora cardenal Stanislaw Dziwisz y las otras dos permanecieron "devotamente" custodiadas en el Hospital 'Bambino Gesú'.

Con motivo de la beatificación, las dos primeras ampollas, a disposición del cardenal Dziwisz, serán presentadas para la veneración de los fieles durante la ceremonia y posteriormente serán conservadas en el 'Sagrario', que se encuentra en el interior de la Basílica de San Pedro y donde es habitual colocar las reliquias 'oficiales' de santos y beatos proclamados por la Iglesia Católica.

Las otras dos ampollas permanecerán en el Hospital 'Bambino Gesú', donde se han guardado desde el fallecimiento de Juan Pablo II, el 2 de abril de 2005.

Además, la Oficina de Prensa de la Santa Sede indica que la sangre del Pontífice "se encuentra en estado líquido, una circunstancia que se explica por la presencia de una sustancia anticoagulante que estaba presente en los tubos antes de realizar los análisis".