Sábado negro para los opositores del dictador sirio Bashar Al Assad, que han visto como en unas horas, las tropas leales al régimen conseguían adentrarse en el centro de la ciudad de Deera y tomar por la fuerza el que es su bastión y símbolo de las protestas, la mezquita de Omari. Una victoria del líder sirio que sigue haciendo oídos sordos al Consejo de DDHH de la ONU y al presidente de los EEUU, Barack Obama, que piden el cese inmediato de la violencia.

Y ante esta situación de violencia, el nuevo primer ministro sirio, Adel Safar, ha anunciado este sábado un "plan completo" de reformas políticas, judiciales y económicas, según ha informado la agencia de noticias oficial siria, SANA.

Safar habría anunciado la formación de comités para proponer cambios legislativos y enmiendas en los ámbitos citados, aunque por el momento no han trascendido más detalles.

Otra jornada de violencia

El intercambio de disparos con el que había amanecido la parte vieja de Deraa señalaba el rápido avance de las fuerzas de Al Assad sobre esta ciudad, bastión de la oposición, y esta tarde se confirmaban los peores augurios para los contrarios al régimen: el dictador conseguía hacerse por la fuerza con la mezquita de Omarí.

Los enfrentamientos empezaban ya al amanecer, según declaraciones de un residente de la ciudad, que informaban que varios puntos de la ciudad de Deraa estaban siendo bombardeados por disparos de una decena de tanques, que habrían "entrado a través de la autopista de Damasco" para atacar la parte vieja de la ciudad.

De confirmarse las últimas informaciones que hablan de un alto en los borbardeos pero "de francotiradores en el tejado de la mezquita", esta sería la primera vez que el ejército tenga controlada la ciudad desde que iniciara su ofensiva el pasado lunes.

Con este nuevo ataque del ejército sirio, el dictador Al Assad sigue haciendo oídos sordos al llamamiento del Consejo de Derechos Humanos de la ONU de este viernes, en el que, además de condenar la represión ejercida contra los opositores al régimen, le pide que coopere íntegramente con los investigadores destinados al país para investigar las denuncias de abusos.

El Consejo "pide al Gobierno sirio que coopere íntegramente y permita el acceso del personal de la misión enviada la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios" (OCHA), se lee en el texto divulgado por el propio Consejo. Las ONG hablan de cientos de muertos en las revueltas ocurridas en los últimos meses.

En la resolución, el órgano de la ONU condena el uso de armas letales contra los manifestantes y "la obstaculización del acceso al tratamiento médico". Asimismo, pide al Gobierno que proteja a los civiles y respete las libertades fundamentales, como las de expresión y reunión.

El restablecimiento de Internet y otras redes de comunicación, el levantamiento de la censura mediática y el libre tránsito de los periodistas extranjeros son otras de las peticiones recogidas en el documento. A su vez, los países abogaron por la liberación inmediata de todos los prisioneros de conciencia y las personas detenidas de forma arbitraria, así como por el fin de todas las medidas de intimidación.

Pese a todas las críticas, el Consejo aseguró que toma nota de la intención declarada del régimen sirio por tomar medidas reformistas, pero exigió que dé pasos concretos para atender las demandas legítimas del pueblo.

Por su parte, y al hilo de la condena de la ONU, la ONG Human Rights Watch (HRW) ha instado de nuevo este viernes a Siria a acabar con la represión de las manifestaciones pacíficas.

El Gobierno de Estados Unidos ha solicitado al presidente de Siria, Bashar al Assad, que "cambie el rumbo" tras otra jornada de violencia contra los manifestantes, en la que han fallecido un total de 62 civiles en el marco de una nueva de jornada de protestas contra el Gobierno de Al Assad y que, al igual que anteriores movilizaciones, han sido reprimidas por las fuerzas de seguridad.

"Además de las acciones que estamos tomando, Estados Unidos considera que las deplorables acciones que Siria está llevando a cabo contra su propio pueblo justifican una respuesta internacional firme", ha señalado el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, en un comunicado.

El viernes, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, firmó la orden de imposición de las sanciones económicas a un hermano y un primo del presidente sirio, a la Inteligencia siria y a las Fuerzas Quds.

Mahir al Assad, hermano del presidente sirio, y Atif Najib, uno de sus primos, serán sancionados por supuestas violaciones de los derechos fundamentales en la represión de las protestas contra el régimen de Siria.

El hermano de Al Assad es un comandante de una brigada de la Cuarta de División del Ejército que ha desempeñado un papel clave en los enfrentamientos contra los manifestantes en Deraa. Najib ha sido señalado como un ex líder del Directorio de la Política de Seguridad para la misma localidad.

Por otra parte, también han sido objeto de las sanciones estadounidenses el Directorio General de Inteligencia y su máximo responsable, Ali Mamluk. La agencia de espionaje ha sido acusada de reprimir las protestas y asesinar a los manifestantes de Deraa, así como del seguimiento a ciudadanos.

El quinto y último objetivo de las sanciones son las Fuerzas Quds, una unidad especial de la Guardia Revolucionaria iraní --que ya se encuentra bajo otras penalizaciones norteamericanas-- por su apoyo a grupos milicianos extranjeros.