Escondido en algún punto de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo evita que llegue el momento de dejar las riendas del país en manos de su presidente legítimo, Alassane Ouattara, que ganó las elecciones del pasado noviembre. Un representante del 'atrincherado' ratificó este viernes lo que ya se sabía: "No tiene intención de dimitir o entregar el poder".

Mientras, defensores de uno y otro se enfrentan en una batalla campal en la que se dan "graves violaciones de los Derechos Humanos", según la ONU. Muchos ciudadanos huyen de este escenario. De hecho, alrededor de 1.300 personas han encontrado refugio en Ghana desde el comienzo de las revueltas y 122.958 se han trasladado a Liberia desde los comicios.

"No tiene intención de dimitir o entregar el poder. En las próximas horas presentará sus propuestas a la oposición armada". Toussaint Alain, representante para Europa del presidente saliente de Costa de Marfil habló con Reuters en su nombre y dijo que Gbagbo está dispuesto a negociar con la oposición, pero no a dejar el país en sus manos.

De hecho, el ex mandatario será capaz de perder la vida en su tierra: "Por sus ideales, él irá hasta el final". De momento, está atrincherado en "un lugar seguro" de algún punto del país. Desde allí, dirige las operaciones contrainsurgentes. Según anunció Alain, cuando se restablezca el servicio de televisión (en cuestión de días o incluso horas) el 'atrincherado' se pronunciará un discurso a la nación.

Alcide Djedje, antiguo ministro de Asuntos Exteriores, corroboró en la BBC que el ex líder pretende dirigirse al pueblo por televisión. Sin embargo, sostuvo que continúa en el interior del palacio presidencial.

De este modo, Gbagbo hace caso omiso al pueblo, que eligió a Ouattara, y a la Unión Africana, que exige que entregue el poder de forma "inmediata" y evite más "sufrimiento". Ese sentimiento impregna las calles del país, escenario de una batalla campal entre defensores de los dos políticos. La oficina de la Alta Comisionada de la ONU para Derechos Humanos lo advirtió este viernes: se están cometiendo "graves violaciones" contra la población civil.

Ambas partes podrían tener que responder de sus actos ante el Tribunal Penal Internacional (TPI): "Tenemos informaciones sin confirmar sobre graves violaciones de Derechos Humanos cometidas por las Fuerzas Republicanas de Costa de Marfil, las fuerzas de Ouattara, en las zonas de Guiglo y Daloa, en el oeste", dijo el portavoz Rupert Colville.

Esas informaciones hablan de "saqueos, extorsiones, y otros casos más graves, como secuestros, detenciones arbitrarias, malos tratos a civiles y puede que otros actos". También se sabe que las fuerzas de Gbagbo han cometido homicidios entre la población. Entre otros casos, Colville afirmó que las milicias del ex presidente habían quemado vivos a dos civiles en Gagnoa. Otros tres fueron asesinados en el barrio de Abobo, en Abiyán.

"No debe haber actos de venganza, las fuerzas deben contenerse", advirtió el portavoz. La ONU también está preocupada por ciertos datos "alarmantes" sobre la posible presencia de un 'Comando Invisible' de las fuerzas partidarias de Ouattara en Abiyán.

De hecho, Ban Ki Moon, secretario general de Naciones Unidas, afirmó este viernes que "Gbagbo debe dejar el poder de forma inmediata". Además, el mandatario saliente tiene que "dejar de matar a ciudadanos y dejar de luchar contra su pueblo". También recordó que, quienes hayan atentado contra los Derechos Humanos, "van a tener que rendir cuentas".

Como ejemplo de las denuncias de Naciones Unidas, el mismo viernes hubo un asalto de los de Gbagbo a la residencia de Philippe Mangou, jefe del Estado Mayor dimisionario. También tuvo lugar un ataque de los de Ouattara contra el palacio del dirigente escondido.

El grupo que causó el primero de los sucesos acusaban al propietario de la casa de haberlos traicionado. Mangou buscó refugio en la residencia del embajador de Sudáfrica, informó la agencia APA. La vivienda está en el barrio de Yopougon, en la ciudad de Abiyán, uno de los bastiones de Gbagbo.

La Guardia Republicana y las milicias del mandatario saliente repelieron el ataque contra el palacio presidencial. Fuentes militares dijeron a Reuters que, en los alrededores, se habían oído disparos de armamento pesado. Asimismo, percibieron sonidos similares, procedentes del barrio de Treichville, donde se sitúa la base que se utiliza para proteger los puentes que conducen al centro de la ciudad.

Éxodo

Ante esta situación, muchos ciudadanos han decidido abandonar el país. De hecho, unas 1.300 personas se han dirigido a Ghana desde que comenzasen los enfrentamientos. Otras 122.958 se han desplazado a Liberia, desde el 28 de noviembre, cuando se celebraron las elecciones, previendo lo que se avecinaba. La mayoría de ellos llegó "con una extrema necesidad de comida, refugio y ropa". Una familia sostuvo que el padre había muerto de hambre durante el camino.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) explicó este viernes que "varias de las familias refugiadas" en Ghana han asegurado haber "huido por miedo". Otros "han sido testigos o han sufrido la violencia en sus comunidades", informó la BBC.

"Gran parte de los refugiados son mujeres y niños" y "han llegado a Ghana en autobús con algunas pertenencias". ACNUR explicó que algunos desplazados "han viajado durante ocho horas hasta la localidad fronteriza de Elubo, en el suroeste del país, mientras que otros han tardado cuatro días en llegar a la ciudad de Sampa, un punto medio entre las fronteras entre Ghana y Costa de Marfil".

Francia y EEUU presionan

Francia y Estados Unidos se posicionan a favor de Ouattara y se suman a la petición de que su 'contrincante' renuncie. El país galo "hace un llamamiento a Laurent Gbagbo para que, de conformidad con la resolución 1975 del Consejo de Seguridad, renuncie de inmediato (...)y entregue el poder pacíficamente al presidente Ouattara".

Eran las palabras que el Elíseo difundió a través de un comunicado, emitido después de una reunión entre Nicolas Sarkozy, presidente, y François Fillon, primer ministro. También estuvieron presentes Alain Juppé, ministro de Asuntos Exteriores, Christine Lagarde, ministra de Economía, y el almirante Edouard Guillaud, jefe del Estado Mayor de la Defensa.

El Gobierno galo afirma que el fin de la crisis es "vital para la paz y la reconciliación nacional en Costa de Marfil y para el futuro de la democracia en África".

"Francia pide a todas las fuerzas implicadas respeto a la seguridad de la población civil, tanto de Costa de Marfil como extranjera. Los responsables de las atrocidades no podrán eludir su responsabilidad penal". El texto se suma, así, a la exigencia de la ONU de que hay que "detener la violencia".

Además, el Ejecutivo de Sarkozy presta "especial atención" a la seguridad de sus ciudadanos. En Costa de Marfil residen unos 15.000 franceses y París tiene desplegados 900 soldados en el país, en el marco de la operación 'Unicornio' y en apoyo a la UNOCI.

Desde Estados Unidos, Mark Toner, portavoz del Departamento de Estado, afirmó en nombre de la Casa Blanca: "Instamos a Gbagbo a que acepte su destino y dimita ahora".