La página web Wikileaks ha obtenido más de 92.000 documentos secretos referentes a las acciones del Ejército estadounidense durante la guerra en Afganistán, y que detallan, entre otros aspectos, las profundas sospechas de los militares norteamericanos sobre la presunta colaboración de los servicios de Inteligencia paquistaníes con la insurgencia talibán, así como detalles sobre las operaciones de combate nunca revelados hasta el momento.

La página fundada por Julian Assange, que el pasado mes de abril difundió un vídeo secreto sobre la muerte de un periodista de Reuters en una operación del Ejército estadounidense en Bagdad, ha avanzado el contenido de los documentos de manera simultánea a tres de los diarios más importantes del mundo: el 'The New York Times', el británico 'The Guardian' y 'Der Spiegel', de Alemania. Los informes, recogidos entre enero de 2004 y diciembre de 2009 suponen, a juicio del jefe de la sección de la investigación del 'Guardian', David Leigh, "lo que podría ser la mayor filtración en la historia de los servicios de Inteligencia".

Los documentos indican que operativos secretos del ISI habrían entrenado a terroristas suicidas y proporcionado enormes sumas de dinero a los talibán a través de la frontera. Además, existiría un compromiso por parte de la agencia de inteligencia paquistaní por el que se daría apoyo logístico para esconder a los encargados de perpetrar posibles magnicidios, entre ellos el asesinato del presidente afgano Hamid Karzai.

De igual modo, se desvela la existencia de unidades secretas conocido como Fuerza de Intervención 373 -un grupo clasificado de operativos especiales del Ejército y de la Marina- que cuentan con una lista de "muerte o captura" en la que figuran unos 70 altos comandantes insurgentes. También se revela que grupos paramilitares relacionados con la CIA, y conocidos como miembros de la OGA (Otra Agencia del Gobierno, por sus siglas en inglés) operan en Afganistán y ocasionalmente se han cobrado indirectamente las vidas de civiles en el transcurso de sus maniobras.

Las misiones de estas unidades secretas, apunta el 'NY Times' según los documentos, "han aumentado en número bajo la administración Obama, con un éxito notable". Sin embargo, además de las bajas civiles que causan estos operativos, encargados de organizar emboscadas, ordenar ataques aéreos y emprender asaltos nocturnos, comportan un gran coste económico. En este sentido, también se destaca que la CIA ha corrido desde 2001 a 2008 con los gastos de las agencias de espionaje afganas, las cuales se han convertido "en una mera subsidiaria" de la Agencia Central de Inteligencia.

Los informes, en términos generales, describen a una insurgencia "resistente y astuta" que está desangrando a las fuerzas estadounidenses a través de una guerra de desgaste, según las conclusiones preliminares de los numerosos periodistas del diario estadounidense encargados de analizar los documentos. Los talibán eligen cuándo, cómo y dónde luchar, usando técnicas de sabotaje y engaño, así como tácticas de manipulación psicológica sobre los oficiales y los civiles afganos, bien a través de amenazas, carisma, violencia, dinero, fervor religioso o llamamientos populistas.

Queda por contrastar el número de bajas civiles detallado en los documentos por "conducta inapropiada" de los soldados: casi 200 civiles podrían haber muerto y otros 174 habrían resultado heridos a manos de las tropas de la coalición al ser confundidos con terroristas suicidas.