El primer ministro británico, David Cameron, defendió a BP ante las críticas en Estados Unidos por su responsabilidad en el vertido de crudo en el Golfo de México y descartó una investigación sobre el papel de la petrolera en la liberación del terrorista libio Abdelbaset al Megrahi.

Cameron se reunió hoy con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, por espacio de una hora en el Despacho Oval, que ambos líderes continuaron con un almuerzo de trabajo al que se sumó el vicepresidente norteamericano, Joe Biden. Obama y Cameron abordaron asuntos como la guerra en Afganistán, la situación en Oriente Medio, la crisis económica global y BP.

Después de que una comisión del Senado haya citado a directivos de BP la semana próxima para que aclaren el papel de la petrolera en la liberación el año pasado de Al Megrahi -responsable del atentado que mató a 270 personas al estallar un avión estadounidense sobre la localidad escocesa de Lockerbie en 1988-, Cameron instó a no confundir a la petrolera con el caso de esa excarcelación. La puesta en libertad de Al Megrahi "fue una decisión del gobierno autónomo escocés, no de la petrolera", recordó el primer ministro.

Al Megrahi fue devuelto a su país porque supuestamente padecía un cáncer de próstata terminal pero sigue vivo un año después y en libertad en Libia, sin que se hayan detectado indicios de un deterioro serio de su salud. Los medios británicos han publicado que BP presionó en favor de aquella liberación pues buscaba concesiones petroleras en aguas libias.

En su día, tanto Cameron -entonces líder de la oposición- como el Gobierno de Estados Unidos criticaron duramente la decisión del gobierno autónomo escocés, al considerar que Al Megrahi debía haber cumplido plenamente su condena de cadena perpetua. Hoy, ambos líderes subrayaron que aquella excarcelación fue un error y "nunca debió hacerse producido". Obama se mostró de acuerdo con el primer ministro en que cuando se conozcan "todos los datos" sobre aquella resolución "quedará claro que es una decisión que nunca debió haberse tomado".

Acerca de BP, Cameron indicó que entiende la frustración en Estados Unidos contra la petrolera por su responsabilidad en la "catástrofe" que es el vertido. Aseguró que está de acuerdo en que la empresa debe pagar los costes del vertido y limpiar la mancha negra. Subrayó, no obstante, que BP es "una compañía importante" y que a los dos países "les conviene que siga siendo una empresa estable y fuerte".

Sobre Afganistán, Cameron reiteró el apoyo de Reino Unido a la estrategia estadounidense. Ambos líderes consideraron positiva la conferencia internacional sobre el futuro de Afganistán que se celebró este martes en Kabul, en la que el Gobierno afgano se comprometió a que sus fuerzas de seguridad asuman la seguridad en todo el país para finales de 2014. Por otro lado, Obama advirtió de que si Irán continúa desafiando a la comunidad internacional con su programa nuclear se enfrentará a un mayor aislamiento.

En materia económica, ambos reiteraron su compromiso para combatir el déficit que afecta a la mayor parte de las economías occidentales, indicó Obama, que defendió la aplicación de distintas medidas en cada país, en función de sus circunstancias particulares.

Cameron transmitió a Obama una invitación de la reina británica Isabel II para una visita de Estado a Reino Unido, según un portavoz del primer ministro citado por Reuters. La fecha de la visita será acordada próximamente con el Palacio de Buckingham, agregó el portavoz.

Ambos líderes alabaron la "excelente relación" entre los dos países y se esforzaron en llamarse por sus nombres de pila, en una demostración de la buena sintonía personal. En un momento dado intercambiaron incluso bromas acerca de las cervezas que compartieron durante la cumbre del G20 en Canadá el mes pasado.