El presidente francés, Nicolas Sarkozy, salió hoy por fin en su defensa y en la de su Gobierno y denunció las "calumnias" que les apuntan como beneficiarios de dinero negro de la multimillonaria Liliane Bettencourt.

En una entrevista televisada en hora de máxima audiencia Sarkozy insistió en que son "calumnias" y "mentiras" las revelaciones publicadas en los medios de comunicación galos en las últimas dos semanas y que relacionan a su partido con dinero percibido ilegalmente de manos de la anciana heredera de L'Oréal.

Era la primera vez que el jefe del Estado -cuyos índices de popularidad están en mínimos desde que llegó al cargo- tenía la oportunidad de explicar en las últimas semanas a los franceses su opinión sobre lo que se dice que ha estado ocurriendo en su entorno en los últimos años.

Y de su entorno precisamente, de su ministro de Trabajo, Eric Woerth, habló con cierto detalle el presidente: para defender su trabajo, su honestidad y su buen proceder en relación con el presunto trato fiscal de favor dado a Bettencourt por el ministro y la esposa de éste, Florence, como gestora de la fortuna de la multimillonaria.

Aunque el presidente admitió que ha recomendado a Woerth que se desprenda de su cargo de tesorero de la Unión por un Movimiento Popular (UMP, en el gobierno) después de las revelaciones sobre presuntos cobros de dinero para el partido por encima de lo permitido por la ley.

Esa recomendación, precisó Sarkozy, tiene como fin que Woerth se centre en la defensa del proyecto de ley de reforma de las pensiones, que mañana mismo tiene previsto aprobar el Gobierno y que prevé retrasar en dos años, hasta los 62, la edad legal de jubilación en Francia.

Sarkozy manifestó su "total confianza" en Woerth y confirmó que será él quien llevará adelante la reforma de las pensiones, con lo que excluyó al ministro de una remodelación del Gobierno, que, eso sí, confirmó que se anunciará a finales de octubre próximo.

A pesar del apoyo al ministro, vapuleado en las últimas semanas también por el presunto conflicto de intereses que pudo plantear que su esposa trabajara en la empresa gestora de la fortuna de Bettencourt, Sarkozy dijo que planteará una reforma del marco legal que regula la compatibilidad de funciones en el ámbito político y sus aledaños.

El presidente, entrevistado por el canal de televisión France 2, aseguró que "estaba preparado" para lo que, reiteró, es además una "campaña" en su contra por presuntas irregularidades en la financiación de su partido.

Pero calificó de "vergüenza" que se haya dicho que él mismo cobró dinero de manos de la propia Bettencourt cuando se vio con ésta "en dos o tres ocasiones" a lo largo de 17 años, según insistió el presidente para hacer notar lo esporádico de esa relación con la multimillonaria.

"Es una pérdida de tiempo", aseguró Sarkozy sobre esas alusiones a una presunta financiación ilegal de la UMP.