El incendio, que se originó a las 3:30 hora local cerca de Malibú Lake, se ha fortalecido en pocas horas debido a los fuertes vientos secos que azotan el sur de California.

Amplias zonas de Malibú han sido evacuadas, debido al peligro de que el incendio se extienda todavía más.

Cientos de residentes han tenido que buscar refugio en un centro de evacuación que las autoridades han instalado en un colegio.

Unos 500 bomberos luchan en estos momentos contra las llamas, apoyados por helicópteros que recogen agua donde pueden para extinguir el incendio.

Varias casas se encuentran en llamas, pero las autoridades del condado de Los Ángeles desconocen el número exacto de las residencias afectadas, según el inspector del departamento de bomberos Sam Padilla.

En declaraciones a CNN, Padilla pidió a las autoridades recursos adicionales para combatir el incendio, mientras que el capitán Mike Brown instó a los residentes a alejarse de las zonas afectadas.

Ambos afirmaron que, de momento, no se ha informado de heridos.

Las causas del incendio están siendo investigadas.

El incendio se ve alimentado por el viento "Santa Ana", que se mueve a unos cien kilómetros por hora y se desplaza hacia el Pacífico.

Una alerta de máximo nivel ha sido emitida para amplias áreas de California, incluido para Ventura, Los Ángeles, Riverside, Orange y San Diego.

El Centro Meteorológico Nacional de EEUU afirma que los vientos de "Santa Ana" son menos intensos que los que alcanzaron los 160 kilómetros por hora en los graves incendios que azotaron la región en octubre.

El nuevo incendio recuerda a muchos de la pesadilla que vivieron hace tan sólo un mes, cuando cientos de miles de personas tuvieron que ser evacuados. Entonces, el incendio quemó unos 1.800 hectáreas.